Alguien había estado intentando meterse en la casa, aun con toda la seguridad que habían puesto, lo que significaba que la amenaza sobre su seguridad era muy real.
Mari asintió, acercándose más a David, sintiendo una mezcla de alivio y ansiedad. Aunque la cercanía de David le daba una sensación de seguridad a Mari, ella era muy consciente de que el peligro sobre ellos seguía.
— Si esos hombres intentaron meterse, significa que desde afuera nos han estado vigilando y yo… — Susurró Mari, dejando la taza de café a un lado. — Temo que si Daniel ya se ha dado cuenta de lo que está ocurriendo entre nosotros… Tú también corres peligro, David…
David le sonrió con suavidad, aunque su mirada seguía cargada de determinación.
— No puedo simplemente hacerme a un lado, Mari, jamás te dejaría… — David acercó su rostro al de ella, acariciándola con ternura. Su Mari estaba preocupada por él. — Además, no estoy solo en esto, tu familia también está aquí y estamos creando un plan… Así que no te preo