¿Una trampa o el destino? (3era. Parte)
La misma noche
New York
Club Aeronáutico
Alan
Mi padre tiene una frase peculiar “si no hay salidas, fabrícalas, pero no te des por vencido”. Si es necesario hay que improvisar, inventar. La cuestión es sobrevivir, porque según su doctrina la vida es como un campo de batalla constante. En el mundo de los negocios, aprendí a vivir bajo esa premisa. Cuando todo parecía perdido, encontraba una grieta, un margen, una rendija apenas perceptible por donde colarme y recuperar el control, para no hundirme. A veces ganaba, a veces solo sobrevivía. Pero ahí estaba yo, siempre resistiendo. Sin embargo, nunca imaginé lo difícil que sería aplicar esa lógica fuera del tablero empresarial.
Con Nicky, no bastaba con improvisar. No podía tomar atajos ni esconderme tras estrategias. Su mundo no era un número en un contrato ni una negociación más. Era una mujer con fuego en la sangre, con una historia que apenas comenzaba a conocer, pero ante todo con quien por primera vez en mucho tiempo sentía que quer