Rubí
Haberme alejado de todo, me había ayudado mucho. Como una vez nos dijo el padre Castro: para arreglar un problema, de cualquier índole, no había nada mejor que hacerlo en soledad para poder hablar contigo mismo primero y poner en frío los sentimientos, ver en retrospectiva los gestos, tus palabras y así saber cómo proceder ante la otra persona o el problema.
Nadie te conoce mejor que tú. Hoy lo podía dar; por hecho, estaba resultando ser la mejor terapia. Interactúe con caballos, vacas, gallinas, pavos, perros, gatos, cerdos. Cabalgar en las tardes, tomar un delicioso café en el bello atardecer del llano colombiano. Nada sana más que la misma naturaleza y poner en tantos animales tus problemas.
Alimentarlos, llevaba un momento o varios momentos en el día que solo pensaba en tener que llevarle la comida de los cerdos, echarles el maíz a las gallinas. La comida de los perros. La otra parte del tiempo la empleaba en mis estudios y cuando llegaba la noche ya estaba tan casada que sol