Egan
Todos esperaban una respuesta ante la pregunta del padre de Euma.
—Ella no quiere tenerme a su lado. —Se miraron. Desa ingresó con lo solicitado.
—Solo quedó confundida, hijo. Dale tiempo.
—Seré honesto. No voy a esperarla, ni a guardarle fidelidad. Yo puse todo de mi parte, aguanté y soporté cada desplante, no voy a esperarla. —Eduardo me miró.
—¿Y si ella te busca?
—Tenga la seguridad de que no seré grosero con ella. También están en todo su derecho de odiarme por mis palabras. Pero aun sus expresiones de asco las recuerdo. —Los Villalobos se miraron, luego callaron.
—Lamento el daño causado por Eugenia.
—Ella es una persona autónoma. No deben de sentirse culpables, yo me siento bien. —veremos si te creen la mentira—. No ha sido fácil, pero cada día me enamoro del lugar donde nací. Tengo junta en unos minutos, pero los invito a almorzar. ¿Cuándo se regresan?
—Mañana.
—¿Se quieren quedar en mansión o en alguno de los hoteles?
—No hay cómo permanecer en casa. —Eso sonó a una ind