Lyra
Me miré al espejo del baño por última vez antes de salir.
Mi reflejo era el de una mujer que acababa de ser reclamada en las sombras mis labios estaban ligeramente hinchados y mis ojos tenían ese brillo febril que solo Kael lograba provocar.
Alisé la seda negra de mi vestido sobre mis caderas, intentando borrar las marcas invisibles de sus manos, al salir, el aire viciado del salón me golpeó de nuev Dorian me esperaba cerca de la puerta con una sonrisa que, aunque amable, ahora me resultaba asfixiante, las palabras de Kael en el baño —“Eres mía”— todavía resonaban en mis oídos como un trueno persistente, pero no me daban consuelo; solo me recordaban la jaula de oro en la que ambos estábamos atrapados.
— Lyra, te ves... un poco pálida. ¿Estás bien? —preguntó Dorian, acercándose con preocupación genuina.
— Estoy bien Dorian, solo que la noche ha sido más larga de lo que esperaba —respondí, forzando una sonrisa cortés—. Creo que ya es hora de que me retire, estoy agotada.
Dori