Kael
Mi corazón latía con la fuerza de un tambor de guerra mientras me acercaba a la puerta de Lyra había salido del despacho con una estrategia fría le ofrecería un puesto de poder en la Sombra de Acero, entrenamiento y recursos para que pudiera luchar contra Krag y contra su antigua manada, a cambio de que aceptara la farsa de mi matrimonio.
Sería un trato limpio la protegería sin poseerla.
Abrí la puerta de su habitación sin llamar la luz de la chimenea parpadeaba débilmente, la cama estaba vacía, un temor frío, rápido me recorrió. ¿Se fue? pero entonces lo escuché el sonido del agua cayendo, la bañera, el aroma de la habitación ya no era solo a piedra, ahora estaba impregnado de humedad y de la esencia pura de Lyra, fresca y desinhibida mi propuesta, mi estrategia, la política... todo se derritió.
El recuerdo de sus labios, la súplica en sus ojos, el terror que le había causado al intentar tomarla... todo me impulsó hacia el baño.
No era una decisión, era una orden del instin