Narra Briattany
La música retumbaba por toda la discoteca, vibrando en mi pecho como una promesa de caos. Mis ojos no se apartaban de ella mientras caminaba, segura y altiva, directo a la zona VIP. Kendall… siempre buscando ser el centro de atención.
Saqué mi celular del bolso, deslicé la pantalla y marqué el número de Ethan. Sabía que a Kendall le ardía verme con él. Esta mañana, aunque solo fue por un segundo, noté el destello de dolor en sus ojos cuando le dije que Ethan me había comprado una casa.
Me aclaré la garganta y, con la voz más convincente que pude lograr, solté mi actuación.
—Mi amor, estoy en Éclipse —una discoteca elegante y exclusiva, perfecta para lo que tenía planeado — Deberías venir… creo que Kendall me está siguiendo. Acabo de verla, y me asusté un poco. —Mi tono temblaba de falsa vulnerabilidad, lo justo para encender su instinto protector.
—Está bien. Voy en seguida. —Su voz llegó grave, profunda, con ese matiz que me hacía temblar de anticipación.
Cuando col