Narra Ethan
Vi al oficial Jasón avanzar hacia Kendall y algo en mi estómago se tensó como un músculo a punto de romperse. No lo pensé: me planté delante de ella, clavé los pies en el suelo y la miré a los ojos.
—Se la llevarán por encima de mi cadáver —amenacé con voz fría.
Jasón tragó saliva, pero no se movió. Su mano ya buscaba la funda de servicio. Entonces intervino con calma cortante:
—Señor Hallmer, evítese problemas con la justicia. Muévase o tendremos que moverlo.
El puño salió de mí antes de pensarlo, directo al rostro de Jasón. El impacto lo hizo retroceder, tambaleándose. Castro intentó sujetarme por detrás, cerrándome los brazos, pero lancé mi cabeza hacia atrás y lo golpeé en la cara. Sentí su grito y su agarre aflojarse.
Jasón se recuperó con rapidez y se lanzó encima de mí. Lo recibí con una patada en el pecho que lo tiró al suelo. No dudé ni un segundo: me lancé sobre él, descargando golpe tras golpe contra su rostro, con toda la rabia acumulada.
—¡Ethan,