—Me gustaría que la chica de cabello rubio trabajara para mí. ¿En qué departamento se encuentra actualmente? —preguntó Ethan con aparente indiferencia, mientras se servía una copa de agua.

—¿Hablas de Brittany? Trabaja para Kendall —intervino Sebastián, cruzándose de brazos con una leve sonrisa.

Kendall alzó la mirada hacia Ethan, su rostro sereno, pero sus dedos tamborileaban con impaciencia sobre la mesa.

—Es una de mis mejores empleadas —respondió con firmeza—No puedo permitir que te la lleves así de fácil.

Ethan soltó una risa suave, cargada de intención.

—Entonces vamos a competir —dijo, alzando la copa en su dirección— El mejor jefe se lleva el premio.

Klaus soltó una carcajada sincera que resonó en la sala.

—Me gusta este nuevo ambiente. Sin duda, será de gran crecimiento para la empresa.

Todos salieron de la reunión. Kendall se dirigió disparada a su oficina, con pasos apresurados y expresión contenida. Lili fue detrás de ella, cerrando la puerta apenas entró.