Narrado por Kendall
Llegué a casa con la sensación de que el mundo se me venía encima. Mis pasos eran lentos, y aunque intentaba mantenerme erguida, por dentro me sentía hecha pedazos. Mi bebé… mi bebé corría peligro, y el simple pensamiento de perderlo me arrancaba el aire de los pulmones.
Me prometí a mí misma que haría todo lo necesario para protegerlo. No volvería a la empresa, no permitiría que Brittany me robara más energía, y mucho menos expondría mi cuerpo a un estrés innecesario. Esta vez pensaba en mí… en nosotros.
Ethan permaneció a mi lado en todo momento. Apenas cruzamos la puerta, ordenó que prepararan algo de comer, y la señora del servicio nos sorprendió con un plato delicioso. Por primera vez en días, probé un bocado sin sentir que tenía una piedra en el estómago.
—Tienes que descansar, Kendall. —Ethan tomó mi mano y la acarició con ternura—. Lo más importante eres tú y nuestro bebé.
Lo miré y asentí. Su voz era un refugio, pero dentro de mí seguía existiend