Mundo ficciónIniciar sesiónSe dobló por la mitad, un gemido agudo escapando de sus labios, sus manos soltando a Amelia y aferrándose a su propio vientre. —No... —susurró, mirando hacia abajo.
En la luz tenue del monitor, Luca vio la mancha oscura extendiéndose rápidamente por la bata de seda de Li-Na. Estaba sangrando. Profusamente. —¡Mi bebé! —gritó, su rostro descompuesto por el terror—. ¡Luca, ayúdame! ¡Estoy perdiendo a mi bebé!
Colapsó en el suelo, sollozando, en un charco de su propia sangre. Pero no fue solo sangre. En medio del desastre, en el suelo de mármol frío, yacía la evidencia innegable de su embarazo







