Mundo ficciónIniciar sesiónLuca cerró la laptop de golpe. La furia era un veneno helado en sus venas. Las notas de Lombardi no eran solo un registro del abuso de Noah; eran un testamento de la negligencia del psiquiatra.
Se levantó, su cuerpo temblando con una furia tan pura, tan letal, que la habitación pareció oscurecerse. Ya no había culpa por Shanghái; solo había hielo. Hielo y un deseo de venganza tan profundo que lo consumía.
Primero, la logística.
Sacó su teléfono encriptado. Buscó un número que no había marcado en casi quince años. Un contacto de sus primeros días en la logística portuaria de México, un hombre con el que había hecho negocios en las zonas grises antes de volverse completamente legítimo. Un hombre que ahora controlaba gran parte del comercio ilícito de Veracruz.
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