Durante el viaje hacia la villa, lloré desconsolada, apreté los puños, tratando de contenerme, pero una extraña sensación en mi pecho me molestaba, Massimo me ofreció un pañuelo y lo acepté, pero no lograba calmarme.
Faltaban aún varios minutos hasta llegar a la villa, y yo estaba agotada de tanto llorar, finalmente, apoyé mi cabeza en el hombro de Massimo, intentando no quedarme dormida.
A pesar de su actitud dura y su sed de venganza, creo que sintió compasión por mí, instintivamente, me rodeó con su brazo, me agradaba esa sensación, parecía que la soledad que siempre me acompañaba se calmaba, y el vacío que amenazaba con devorarme desapareció al sentir su calor a mi lado.
Llegamos a la villa,sentía un terrible sueño que me restaba fuerza. Massimo, con cuidado, me llevó en brazos hasta mi habitación, al hacerlo, tal vez se dio cuenta de que también cargaba a su hijo, me dio esa sensación, porque lo hizo con precaución.
Subió las escaleras lentamente, observando mi rostro descans