65: Intentando mantenerse en pie.
En el palacete de los Borbón, Eduardo Cervantes terminaba una llamada. Mirando a Cassandra durmiendo en su cama, frunció el entrecejo y salió de esa habitación. Emma Borbón había sido nombrada por la misma Reina Berta, su sucesora, lo que la convertía en la única heredera al trono de Inglaterra. Ese era el mejor momento para sacar de en medio a Daniel Lancaster, y así lograr casarse con esa hermosa mujer de ojos violeta a la que deseaba con locura.
Marcando un nuevo número, Eduardo salía del palacete para caminar hacia los jardines y no ser escuchado. No podía permitir que el matrimonio entre Emma y Daniel se llevara a cabo.
— Tenemos un cambio de planes, espero que estén listos. — ordenó.
El sonido de la pala contra la tierra fresca, rompía el sepulcral silencio en el camposanto privado que se hallaba en los territorios del castillo de Balmoral, destinado a sus Duques y miembros familiares cercanos. A ratos, algún sollozo se dejaba sentir, mientras aquella pala seguía echando tierra