La tarde se estiró, pesada y sofocante, bajo el peso del beso robado en el pasillo. Para Brendan, cada minuto se deslizaba con una lentitud tortuosa, donde el recuerdo de la boca de Chloe respondiendo a la suya se clavaba en su mente, así como sus gélidas palabras se enterraban en su pecho como dagas.
Chloe no estaba mejor. Intentaba concentrarse en las notas robadas del archivo, pero la imagen de Brendan acorralándola, la desesperación en sus ojos, y la respuesta incontrolable de su propio cuerpo, eran un viento huracanado que dispersaba su concentración. El plan, antes una línea recta, se había quebrado.
Para la tarde, mientras llevaba unos archivos, se encontró un rostro que parecía no despertar más que una inexplicable irritación en su interior.
Evelyn se encontraba acariciando el brazo de Brendan, una gesto dulce que ocultaba una elegante posesividad, la mirada de Chloe se estrechó sobre ellos un instante antes de darse cuenta de lo que estaba haciendo.
Sintió la mirada de Brend