86. Soy su padre
Medea regresaba con Kaien aquella tarde del hospital, después de visitar a Nayla y Rogelio. La pequeña soportaba con paciencia y disciplina sus sesiones de quimioterapia, mientras el anciano mostraba cada día más mejoría. En pocas semanas le darían el alta.
—Dentro de unos meses será el cumpleaños de Nayla —mencionó Kaien al detener el auto frente a las grandes rejas—. Me gustaría que para entonces esté un poco más estable. Sueña con una fiesta de Rapunzel.
—Ten fe, seguro estará bien para ese día —Medea le apretó la mano con suavidad sobre el regazo—. Mi padre había planeado salir con ella, pero me temo que no será posible.
—Está muy ilusionado con su nieta, ¿verdad? —Kaien rio con calidez.
—Mucho. Mi padre adoraba a Alin, y cuando supo la verdad...
—Ya, tranquila —la interrumpió, sin querer que removiera recuerdos amargos—. Lo importante es que ahora estamos juntos, como una familia.
Medea le sonrió y asintió. Un leve ardor en el brazo le hizo torcer el gesto, ya que esa mañana le h