La vida de Samira Nader se ve marcada por la tragedia cuando pierde la vista en un terrible atentado, donde también muere su padre. Indefensa, sola y ahora con una discapacidad que la hace sentir inútil, queda a merced de su despiadada madrastra, quien no duda en vendérsela al primer postor que le ofrece una suma jugosa. Ese hombre no es otro que Amir Rahal, el abogado más temido del medio oriente. Frío calculador y despiadado, solo tiene un objetivo en la vida: capturar al líder de la mafia más temida del Marruecos. Samira no lo sabe, pero su vida y la de Amir están mucho más entrelazadas de lo que imagina. Para él, ella es solo un peón en su juego macabro para lograr su objetivo, sin embargo, pronto descubrirá que la fragilidad de la princesa cautiva que tiene en su mansión, es capaz de meterse en los recovecos más profundos de su oscuro corazón. ¿Podrá la princesa domar a la bestia y el amor ser más fuerte que la venganza?
Ler maisSAMIRA
“Papá… No… “
Dolor, eso es lo único que mi cerebro puede procesar en estos momentos, un dolor tan grande que ni siquiera sé dónde empieza y dónde termina, pero que me está consumiendo por completo.
El olor a antiséptico y el pitido constante de una máquina a mi lado me hacen saber que me encuentro en un hospital, lo cuál no alivia ni un poco mi preocupación, por el contrario solo consigue alterarme mucho más.El silencio que sigue al sonido de la máquina es suficiente para hacerme saber que estoy sola en este lugar.No hay nadie más conmigo aquí, ni mi padre ni mi madrastra, aunque tampoco es que esa mujer fuera a venir a cuidarme, por el contrario de seguro está ansiosa esperando a que nunca despierte, pero mi padre nunca me abandonaría y ese simple pensamiento comienza a alterarme.
Porque si no está conmigo es por algo.
Haciendo un esfuerzo sobrehumano intento abrir los ojos y me cuesta más de lo que debería conseguir que mis pestañas se alcen y por más que trato no consigo recordar porque estoy en el hospital.Finalmente mis pestañas deciden levantarse y tengo que parpadear al menos tres veces antes de que el pánico más puro y horrible se empiece a apoderar de mi.
Oscuridad.Lo único que puedo ver es la oscuridad total frente a mí.
Parpadeo un par de veces tratando de que mis ojos se acomoden al lugar pero nada pasa y es ahí cuando mis latidos empiezan a desbordarse y la máquina a mi lado empieza a sonar de manera estridente.
—No veo… No puedo ver ¡NO PUEDO VER! —Empiezo a gritar desesperada llevando mis manos a mis ojos y siento como lo que posiblemente era una vía intravenosa se desprende de mi mano haciendo que suelte un alarido de dolor.Mis gritos parecen alertar a muchas personas, porque escucho como la puerta es abierta de repente y el sonido de muchos pasos llena el lugar, pero yo sigo sin poder ver nada.—Mis ojos —dijo con la voz rasgada por los gritos—. No puedo ver, no puedo ver….En eso la voz de una mujer, que seguramente es una enfermera llega a mis oídos:
—Señorita, tiene que calmarse, sus heridas aún no han terminado de sanar después del accidente, debe estar tranquila.
“Accidente” la palabra se repite en mi mente una y otra vez en el mismo instante en que un horrible dolor de cabeza se apodera de mi e imágenes de mi y mi padre hablando dentro de su auto comienzan a reproducirse con una rapidez vertiginosa.
Él nervioso diciéndome que estaba en problemas, él diciendo que pronto estaríamos a salvo, yo sin entender nada y luego el auto estrellándose contra nosotros hasta que finalmente llegó la oscuridad para llevársela.
—Mi padre ¿Qué pasó con mi padre? Él iba conmigo en alto ¿¡Dónde está?!
La máquina que controlaba mis latidos estaba sonando como loca y no era para menos, pues yo misma podía empezar a sentir el dolor apoderándose de mi pecho por la fuerza con la que latía mi corazón en esos momentos.
La respiración empezó a volverse trabajosa y el hecho de que no pudiera ver nada solo empeoraba la situación. Entonces la voz de un hombre llegó hasta mis oídos cuando dijo:
—Coloquenle un calmante, lo mejor es que vuelva a dormir por ahora.
—¡Noo! NO SE ATREVA A DORMIRME, QUIERO EXPLICACIONES… QUIERO…
Sin embargo, mis palabras no sirvieron de nada porque entonces poco a poco el sueño y la pesadez comenzaron a llevarme con ellos hasta finalmente perdí la conciencia.
Despierto nuevamente en la oscuridad, la debilidad envuelve mi cuerpo y justo en ese momento la puerta se abre y la voz del médico llega hasta mí.
—¿Cómo te sientes, Samira?
Con voz temblorosa, contesto:
—Me duele el cuerpo y sigo sin poder ver... Por favor, necesito saber qué está pasando. ¿Cómo está mi padre?
Un silencio tenso se apodera del lugar antes de que el médico me diga:
—Samira, tu padre y tú tuvieron un grave accidente automovilístico. El golpe en la cabeza te dejó inconsciente por dos días y ha afectado tu vista. No puedes ver.
La noticia me golpea como un tsunami, no puedo creer que todo esto me esté pasando a mi, como si mi vida ya no fuera lo suficientemente miserable.
Entonces tragándome el nudo en la garganta que me amenaza con hacerme derrumbar, me atrevo a preguntar:
—¿Es permanente? —digo y luego agrego en un susurro—Mi ceguera ¿Será permanente?
El suspiro que sale de los labios del médico hace todo menos darme esperanzas de que la respuesta sea positiva.
—Eso es algo que solo sabremos una vez te pongamos en tratamiento, debemos evaluar cada posibilidad.
La habitación da vueltas a mi alrededor mientras intento asimilar la cruda realidad. Entonces, la pregunta que me atormenta sale de mis labios:
—Mi padre, por favor dígame ¿Cómo está mi padre?
El silencio que se hace en la habitación es ensordecedor y odio no poder ver en estos momentos para descifrar en la mirada del médico la gravedad del asunto, sin embargo, hubiese preferido no saberlo jamás.
La respuesta del médico me deja en ruinas:
—Lo siento mucho, pero tu padre no sobrevivió.
Las lágrimas brotan desconsoladas, y el médico advierte sobre la necesidad de calmarme. Sin embargo, la desesperación me impulsa a preguntar por mi casa, a mi madrastra.
Me sorprendo cuando el médico me dice que no hay ninguna mujer conmigo, que desde ayer he estado sola aquí y que tiene órdenes de no dejarme ir.
—¿De quién son las órdenes? —pregunto, pero antes de poder pedir más explicaciones, escucho que alguien más entra a la habitación.
Aunque no puedo ver, sé que es un hombre por el olor a colonia varonil que inunda la habitación, y mis sospechas se confirman cuando, con una voz grave y ronca, despacha al médico.
—Déjenos solos por un momento —ordena el hombre, y siento cómo la puerta se cierra, sumiéndome en una inquietante privacidad con este desconocido.
Aunque no puedo verlo, sé que el hombre se ha acercado mucho más a donde me encuentro. Casi puedo decir que siento su presencia rodearme y eso lo único que consigue es que el miedo termine de dispararse en mi interior como si de un interruptor se tratara.
Al final, al darme cuenta que el recién llegado parece no tener intención de hablar, me encuentro a mi misma preguntando:
—¿Quién eres tú? ¿Qué haces aquí?
Los pasos del hombre se escuchan mientras al parecer se acerca más a donde estoy y yo quisiera en estos momentos poder fundirme en la m*****a camilla o tener las fuerzas suficientes para ponerme en pie y largarme de aquí.
Entonces un jadeo sale de mi y mi corazón se acelera como loco cuando siento los labios tibios y el aliento del hombre rozar mi oreja cuando me dice:
—Yo soy Amir Rahal. El hombre que va a llevarte con él, porque desde este momento me perteneces solo a mí, Samira.
SaidEl silencio se vuelve espeso en el auto mientras nos dirigimos hacia mi apartamento. Después de lo sucedido ninguno de los dos volvió a tocar el tema, pero el ambiente se quedo cargado de cierta tensión que me impidió poder trabajar con eficiencia.Es que todo lo que tiene que ver con esta niña me enloquece y después de haber encontrado esa información sobre ella, luego de enterarme que es hija de un senador en Estados Unidos y que, contrario a lo que nos dijo, si tiene una casa a dónde volver, ya no sé que pensar.En especial, porque no encontré ninguna denuncia de su familia sobre su desaparición, lo cuál es mucho más extraño.—El expediente que tenías abierto, ¿es sobre otro caso de trata?—su voz me trae de regreso al presente y giro mi rostro para verla por un momento antes de volver la vista a la carretera.—Si, mi padre me pidió ayuda con unos casos pendientes, aunque en el despacho a veces tomamos ese tipo de casos también, siempre con ayuda de la fiscalía.Ella vuelve a qu
MelanyNo sé ni cómo fue que llegué a esto, pero debo aceptar que me gusta.Llevar una vida normal, tener un trabajo, eran cosas que creí imposibles todo el tiempo que estuve con él, sin embargo, aunque sé que debo mantener un perfil bajo y que los monstruos siguen ahí, me permito respirar con tranquilidad por primera vez en mucho tiempo.Camino por los pasillos de la empresa tratando de no perderme, mientras intentó recordar cuál es el pasillo de los abogados Junior para entregar las carpetas que Said me mandó hasta que finalmente lo encuentro.Dejando salir un suspiro de alivio me acerco a la secretaria que está enfrascada en una conversación al teléfono. Creo que no voy a poder acostumbrarme nunca a las costumbres de este lugar. Como solo contratan mujeres solteras, porque las casadas no tienen el permiso y aún asi las solteras deben pedir permiso a su tutor, o sea un hombre, para poder hacerlo, algunas no tienen permitido usar tacones, tienen que venir a recogerlas, no pueden sali
SaidSé que probablemente me estoy metiendo de lleno en la boca del lobo, pero lo cierto es que esta mujer, esta chiquilla enfurecida tiene algo que hace que no pueda sacarla de mi cabeza, por eso cuando me dijo que quería ganarse las cosas, no pude resistir la tentación de hacerle una nueva propuesta.No quiero verla limpiando la casa, ya tengo a alguien que se encarga de eso, además nadie me saca de la cabeza que ella está ocultando algo y la mejor manera de averiguarlo es tenerla cerca, y eso es justo lo que voy a hacer.Miro mi reloj de pulsera, dándome cuenta que necesito salir ahora de la casa si quiero llegar a tiempo, entonces escucho el sonido de tacones acercarse y cuando levanto la cabeza no puedo hacer más que mirarla.Melany está enfundada en un conjunto ejecutivo que la hace ver descaradamente hermosa, esa falda tubo se ajusta a sus curvas y el escote de la camisa me tiene cautivado. Cuando ella aclara su garganta llevo mis ojos hasta su rostro y el hecho de que ella teng
Melany“Me iré contigo”Esas fueron las tres palabras que habían salido de mis labios y entonces Said simplemente había asentido en mi dirección y salido de la habitación.La incertidumbre me tiene temblando en mi lugar y no puedo dejar de pensar en lo egoísta que estoy siendo, pues sé que al irme con él simplemente lo estoy convirtiendo en un blanco para él , pero por primera vez en mi vida no quiero estar sola, no quiero ser la fuerte que soporta todo y esa noche, cuándo Said me abrazó y me dijo que sería libre, nunca me había sentido tan en calma y quiero eso de nuevo.La puerta detrás mio es abierta y me giro con rapidez para ver el rostro serio de Said entrando, por un segundo el miedo se apodera de mí, pensando que va a decirme que no, que no es posible llevarme y sin darme cuenta empiezo a negar con la cabeza mientras retrocedo.—No…no…noNo se como lo hace, pero en menos de un parpadeo él llega hasta dónde estoy, pero sin tocarme quedando justo enfrente de mí.—Hey, te dije que
SaidDos semanas, ese es el tiempo que ha pasado desde que finalmente conseguimos atrapar al infeliz de Slait y las cosas finalmente parecen estar en paz.A pesar de los acercamientos que tuvimos en el último mes, no he vuelto a estar en contacto con mi padre, él dijo que se encargaría de todo a partir de ahí, las chicas fueron rescatadas y los m4lditos enfermos capturados, por lo que me he dedicado a seguir con mi vida, sin embargo por más que he intentando no he podido borrar de mi mente el recuerdo de la chiquilla, esa fierecilla que peleó con garras y dientes para intentar conseguir su libertad.Ese día, cuándo finalmente habíamos salido de ese infierno, ella me miró a los ojos y había tanto en ellos, pero lo que más prevalecía era la incredulidad, como si no pudiera creer que no le hubiese mentido, lo que consiguió que una parte primitiva de mi despertara porque ¿Qué tanta mierd4 tuvo que haber pasado para sorprenderse ante una buena acción?Entonces los agentes se la habían lleva
MelanyMelanyEl hombre frente a mi habla y habla pero yo no estoy escuchando nada. Lo único que mi mente puede procesar en estos momentos es el miedo. Miedo y rabia, dos sentimientos que me han acompañado desde que tengo memoria, ambos causados por la misma persona.—¿Está escuchando algo de lo que he dicho, señorita?—mis ojos van hacia el agente, del cuál no recuerdo el nombre y veo que parece cansado de intentar hablar conmigo.Bueno yo también estoy cansada. Agotada para decir verdad. ¿Quién me dice que puedo confiar en ellos? Para mi los monstruos habitan dentro de cualquier persona, no tienen que ser feos ni espeluznantes, por el contrario, la mayoría de las veces se disfrazan tan bien que pueden habitar dentro de aquellos que creemos son nuestros heroes.Asi que no, no confío en esta gente. No confío en nadie, sin embargo hasta el momento solo ha habido una sola persona que ha cumplido con su promesa y es raro que esa persona sea la misma que encontré en uno de mis peores moment
Último capítulo