Capítulo 12: La Tentación
Eliana y el conde Draconis se encontraron de nuevo en el jardín secreto, esta vez bañados por la suave luz del sol matutino. Las gotas de rocío aún se aferraban a los pételes de las rosas, brillando como pequeñas joyas, y el canto de los pájaros resonaba en el aire, un contraste vibrante con la atmósfera de misterio que la luna había traído la noche anterior. Eliana llegó primero, su corazón aún agitado por la conversación de la noche. Se preguntó si el encanto del conde sería tan potente a la luz del día, o si el sol revelaría sus verdaderas intenciones de una forma más cruda.
Cuando Draconis apareció, no lo hizo con la misma sombra enigmática de la noche. Vestía ropas más sencillas, pero su presencia seguía siendo innegable. Sus ojos, aunque aún intensos, parecían un poco menos ardientes, más pensativos bajo la luz del día. Se acercó a Eliana con una elegancia innata, una ligera sonrisa en sus labios.
"Buenos días, Eliana," dijo, su voz resonando en el jard