La mesa está llena de una tensión extraña mientras desayunamos en silencio. Mi esposo llegó un poco después de que me desperté, ya que no estaba en la cama cuando abrí los ojos, pero ahora está aquí, sentado frente a mí con una expresión seria. María, Gael, Sebastián, Kaelos y Alexa están todos presentes, y también está Kael. Aunque invité a mi padre a unirse a nosotros, no pudo venir. Mejor dicho, no quiso venir.
Y lo peor es que todo aumenta cuando Thane le pide a su hermana hacer algo que nos deja sin cerebro, ya que no lo entendemos para nada.
—Alexa, necesito que vayas y liberes al prisionero. Quiero que le hagas creer que estás del lado de Dante.
Alexa se ríe, incrédula y hasta yo que no comprendo para nada lo que trata de hacer.
—¿Qué? ¿Estás loco? Eso es una locura.
Deja su plato sin terminar la fruta que se le preparo.
—Es la coartada perfecta, Alexa. Dante confiará en ti, te contará sus planes, y nosotros tendremos la ventaja. Sabremos por dónde nos va a atacar y podremos ac