AMIRA

Estoy parada en medio de la habitación, rodeada de una cantidad de vestidos que me dejan sin aliento. La empleada los ha dejado aquí para que elija uno para la cena con Thane. Me siento abrumada por la cantidad de opciones, nunca he tenido tantos vestidos en mi vida. En mi huida constante de los cazadores, nunca hemos podido cargar con muchas maletas, solo lo necesario para seguir adelante. Y ahora, aquí estoy, en la casa de uno de los peores cazadores de mi especie.

Me acerco a los vestidos y los toco con las manos, sintiendo la suavidad de los tejidos y la delicadeza de los detalles. No sé qué hacer, nunca he tenido que elegir un vestido para una ocasión especial. Me siento como una persona diferente, una que no conozco. ¿Qué espera Thane de mí? ¿Por qué me ha traído a su casa? Las preguntas se acumulan en mi mente, y no tengo respuestas. Solo sé que estoy en peligro, y que debo encontrar una manera de escapar. Pero por ahora, tengo que elegir un vestido.

La puerta se abre y Gael y Maria entran en la habitación. EL Alivio al ver a mis hermanos sanos y salvos no los puedo ocultar.

—Hola—digo, sonriendo débilmente—. ¿Cómo están? ¿Se la han tratado bien?

—Estamos bien, hermana—dice Gael—. ¿Y tú? ¿Qué ha pasado?

—Estoy... estoy bien, creo—digo—. Pero estoy un poco confundida.

Gael mira a su alrededor y ve los vestidos que cubren la cama.

—¿Qué son todos esos vestidos? —pregunta.

—El alfa quiere cenar conmigo esta noche—digo—. Y quiere que me vista para la ocasión.

Maria frunce el ceño.

—¿Por qué? —pregunta.

—No lo sé—digo—. Estoy igual de sorprendida y confundida que tú.

Gael me mira con seriedad.

—Ten cuidado, Amira. No sabemos qué intenciones tiene este alfa.

Me hermano me toma de la mano llevándome a la cama y me da un beso en la mejilla. Gael siempre nos ha cuidado, es un gran hermano mayor.

—Tenemos que acabar con esto—dice Gael—. No podemos seguir huyendo toda la vida.

—Estoy de acuerdo—dice Maria—. Pero tenemos que ser cuidadosos. El alfa es poderoso y tiene muchos recursos.

Asiento con la cabeza y aunque tiemblo, se lo que debemos hacer. No pude verlo, pero su presencia me dejo claro que es un lobo muy poderoso. Ademas , ahora mas que nunca siento la necesidad de vengarme.

Por su culpa, uno de sus lacayos casi mata a mi hermano, cazándonos, mataron a mi madre y en este nuevo encuentro, varios de mi manada, murieron.

—Sí, tenemos que planear exactamente cómo y cuándo hacerlo. No podemos permitirnos un error.

Gael comienza a caminar por la habitación, pensando en voz alta.

—Necesitamos saber sus rutinas, sus guardias, sus puntos débiles. Tenemos que encontrar una forma de llegar a él sin ser detectados.

Maria asiente como la más locas de todos nosotros.

—Y necesitamos un plan de escape. No podemos quedarnos aquí después de hacerlo.

Me uno a la conversación, aportando mis ideas.

—Podemos usar la cena de esta noche para nuestro beneficio—Me uno a la conversación, aportando mis ideas—Si el alfa quiere cenar conmigo, podemos usar eso como una oportunidad para acercarnos a él.

Gael me mira con interés.

—¿Cómo planeas hacerlo?

—Puedo fingir cooperar con él, ganar su confianza. Mientras tanto, tú y Maria pueden estar preparando el plan de escape y buscando la forma de llegar a él sin ser detectados.

—Y una vez que estemos listos, podemos actuar—dice mi hermana.

Gael sonríe, una sonrisa peligrosa.

Mi hermano Gael es un hombre complejo, con una personalidad multifacética. Por un lado, es un protector nato, siempre dispuesto a dar su vida por aquellos que ama. Su sonrisa puede ser cálida y amable, capaz de iluminar incluso los días más oscuros. Pero detrás de esa fachada, hay una determinación férrea y una voluntad de hierro. Gael es letal cuando se trata de defender a los suyos, y no duda en tomar medidas drásticas para protegerlos.

Su mirada puede ser intensa y penetrante, como si pudiera ver más allá de la superficie y descubrir los secretos más profundos. Y sin embargo, también hay una profunda lealtad y amor en su corazón, que lo impulsa a hacer cualquier cosa para mantener a salvo a aquellos que ama. Mi hermano es un hombre peligroso, pero también es mi roca, mi refugio seguro en un mundo lleno de incertidumbres.

—Sí, podemos acabar con esto. Podemos poner fin a la cacería de nuestra especie.

Mi mente se llena de determinación al pensar en la posibilidad de acabar con el alfa. La idea de que nuestra especie haya sido perseguida y masacrada durante tanto tiempo es injusta y absurda. La imagen de mis seres queridos huyendo constantemente, viviendo en el miedo y la incertidumbre, me llena de rabia y deseo de venganza.

Pero no se trata solo de venganza. Se trata de justicia. Se trata de recuperar el equilibrio del mundo y asegurarnos de que nuestra especie pueda vivir en paz y libertad. La idea de que podamos ser nosotros mismos, sin temor a ser perseguidos o asesinados, es un sueño que he tenido durante mucho tiempo.

Ahora, con la oportunidad de acabar con el alfa, siento que ese sueño puede convertirse en realidad. La cacería terminará, y nuestra especie podrá finalmente vivir sin miedo. La idea de que podamos caminar por el mundo con orgullo y dignidad, sin tener que escondernos o huir, es emocionante y aterradora al mismo tiempo. Pero sé que no será fácil. Sé que habrá riesgos y desafíos que superar. Pero estoy dispuesta a hacer lo que sea necesario para asegurarme de que nuestra especie tenga un futuro mejor. Estoy dispuesta a luchar por nuestra libertad y nuestra dignidad. Y con la ayuda de mis hermanos, sé que podemos hacerlo.

Gael mira a su alrededor, observando la opulencia de la mansión.

—Siempre quise algo así para nuestra familia—dice, con un toque de nostalgia en su voz—. Un lugar donde pudiéramos vivir sin temor, sin tener que huir constantemente.

Maria le lanza una mirada significativa y suspira antes de apretarme la mano.

—Eso es la vida que nos condenó el alfa, hermano—dice, su voz llena de amargura—. No podemos olvidar que este lujo y esta comodidad vienen con un precio. Estamos aquí porque el alfa nos trajo, no porque hayamos sido invitados a quedarnos.

Gael asiente, recordando la realidad de su situación y un nudo se me forma en la garganta.

—Lo sé, hermana—dice—. Pero a veces sueño con un futuro diferente. Un futuro en el que podamos vivir en un lugar como este, sin tener que huir o escondernos.

Me acerco a ellos, a quienes abrazo porque estamos juntos en esto y vamos a salvar a nuestra especie.

—Ese futuro es posible—digo—. Si logramos acabar con el alfa, podemos crear un nuevo futuro para nuestra familia. Un futuro en el que podamos vivir sin miedo.

—Vamos a hacerlo, hermana—dice—Vamos a acabar con el alfa y vamos a crear un futuro mejor para nosotros.

Gael se despide de nosotras y se va, dejándonos solas para terminar de arreglarnos para la cena de esta noche. Maria comienza a buscar entre los vestidos, sacando varios que considera opciones viables.

—Este es muy sexy—dice, sosteniendo un vestido rojo que apenas cubre el cuerpo—. Pero no sé si es demasiado para la ocasión.

Me acerco a ella y miro el vestido.

—Es un poco demasiado, ¿no crees?—digo—. Quiero causar un impacto, pero no quiero parecer que estoy tratando de seducirlo.

Maria asiente y saca otro vestido.

—Este es más recatado—dice—. Pero no sé si es lo suficientemente impactante.

Miro el vestido y sacudo la cabeza.

—No, no es eso lo que quiero—digo—. Quiero algo que le haga saber al alfa que soy una mujer hermosa, pero también letal. Algo que le haga temblar.

Maria sonríe y saca otro vestido y es que hay muchos sinceramente.

—Creo que tengo justo lo que necesitas—dice, sosteniendo un vestido negro que es a la vez elegante y peligroso.

Me miro en el espejo y sonrío.

—Este es perfecto—digo—. Me hace sentir poderosa y letal. Exactamente lo que necesito para esta noche.

Maria asiente y me ayuda a ponerme el vestido.

—Vas a darle un impacto esta noche, hermana—dice—. Vas a hacer que sepa que no eres alguien a quien se pueda subestimar.

Me miro en el espejo y me siento satisfecha con mi reflejo. El vestido negro se ajusta a mi cuerpo de manera perfecta, resaltando mis curvas y haciéndome sentir poderosa. Maria me ayuda a peinarme y maquillarme, y cuando terminamos, me siento como una verdadera dama.

—Estás hermosa, hermana—dice Maria, sonriendo—. Vas a dejar al alfa sin aliento.

Me río y me miro en el espejo una vez más.

—Espero que no solo sea por mi apariencia—digo—. Quiero que sepa que soy una fuerza a tener en cuenta.

Maria asiente y me da un abrazo fuerte, como si estuviera tratando de transmitirme su fuerza y confianza. Me siento rodeada por su calor y su amor, y por un momento, me olvido de la ansiedad que me produce la cena con el alfa.

—Lo eres, hermana—dice—. Eres fuerte y valiente, y no vas a dejar que nadie te intimide.

La ansiedad y la emoción se disputan mi atención mientras bajo las escaleras hacia la cena. La determinación arde en mi interior, lista para enfrentar al alfa y demostrarle que no soy alguien a quien se pueda subestimar. Tomo una respiración profunda, calmando mis nervios, justo cuando la empleada viene por mí, exigiendo mi presencia en el comedor.

—Señorita, es hora de bajar—dice con una reverencia, su voz formal y distante.

—Vamos—digo a Maria—. Es hora de irnos.

Maria asiente y me sigue, y juntas bajamos las escaleras hacia la cena que podría cambiar todo.

—Tu puedes—me dice mi hermanita.

Asiento, y con un movimiento elegante, me dirijo hacia el comedor, lista para enfrentar lo que venga. La empleada me precede, abriendo la puerta del comedor y anunciando mi llegada. Respiro profundamente y entro, con la cabeza alta y la mirada fija en el alfa, que me espera sentado a la mesa.

Sigue leyendo este libro gratis
Escanea el código para descargar la APP
Explora y lee buenas novelas sin costo
Miles de novelas gratis en BueNovela. ¡Descarga y lee en cualquier momento!
Lee libros gratis en la app
Escanea el código para leer en la APP