Después de unas horas de siesta Bastien despertó, Kate estaba abrazada a él, respirando con calma, una sonrisa llegó a su rostro acariciando su mechón rebelde que ocultaba sus ojos, lo retiró y pasó el pulgar por sus labios –
Kate… princesa, despierta – Kate se movió, sus pestañas largas y negras empezaron a revolotear mientras abría sus ojos –
Mmm ¿que hora es?
La hora de ir a cenar, ve a tomar una ducha y arréglate
¿Y tú?
Yo iré a hacer unas llamadas y volveré a cambiarme de ropa ¿está bien?
Ok – Kate fue al baño a tomar una ducha, estaba lleno de productos de belleza nuevos y sellados, después de terminar fue a buscar algún vestido y se enamoró de uno rojo, de terciopelo, una abertura en la pierna
Cariño, me meteré a la ducha, no espíes – Kate sonrió y sintió la regadera abrirse, ella buscó en su maleta la lencería sexy que había comprado especialmente para este día, se la puso y se sintió tímida en el espejo, a pesar de verse hermosa, puso su vestido y zapatos a doc, Bastien salió