Un hermanito para Addy.
La tarde en la mansión estaba tranquila, pero todos sabían que algo estaba por cambiar.
Kate y Bastien se habían sentado mirando a Addy, que estaba jugando sin imaginar la noticia que estaba por salir. Lucien, jugaba con ella en el suelo entre risas y carreras, cuando el momento llegó.
Llegaron Ara y Lucca a sentarse para estar presentes mientras le decía a Addy la gran noticia.
— ¡¡Mami!! — Lucien corrió a los brazos de Ara.
Bastien sonrió, tomándose un segundo para mirar a Kate, que estaba radiante con la noticia que habían recibido.
Los niños volvieron a jugar y estaban demasiado ocupados discutiendo sobre qué juguete le tocaba a quién, pero cuando escucharon el silencio en la habitación, ambos se giraron.
—¿Qué pasa papi? —preguntó Addy, con la cabeza inclinada, mirando a sus padres.
Lucien también dejó de jugar y se acercó, con esa curiosidad traviesa que siempre lo caracterizaba.
Kate intercambió una mirada cómplice con Bastien, quien, con una sonrisa afectuosa, se acercó a Add