BASTIEN DE FILIPPI
Kate cerró la puerta con delicadeza. Caminó con esa calma suya que normalmente adoro… pero esta vez, me puso nervioso.
—¿Y bien? —le pregunté, cruzando los brazos frente a la chimenea.
—¿Y bien qué? —respondió con su voz tranquila.
—Kate… ¿qué viste?
Me miró. Ladeó la cabeza. Esa expresión de “sé más de lo que te conviene”.
—Addy estaba en la habitación de Lucien.
Me tensé. Completamente.
—¿Qué hacían?
—Hablaban.
—¿Solo hablaban?
Dudó un segundo.
Un segundo fue todo lo que necesité.
—¡¿LO BESÓ?! —rugí, dando un paso hacia ella.
—Shhh —me susurró, levantando las manos—. No grites, los niños están dormidos.
—¡Ese bastardo besó a mi niña!
—Bastien, cálmate… no lo sé, cuando los vi no se estaban besando, pero siento como madre que sí lo hicieron.
No necesitaba más. Fui directo al monitor, activé las cámaras de seguridad y… bingo. Ahí estaba.
Lucien, acompañando a Addy hasta la puerta de su habitación. Y lo vi.
—Bastien, por favor, no hagas una locura —dijo Kate, apenas