Capítulo 39
Una verdadera Larsen..
—¿Qué límites? —pregunté, aunque ya intuía la respuesta.
—No me interrogues. No me analices. No soy alguien a quien puedas leer con los ojos.
—Solo hice una pregunta… —murmuré.
Él dio un paso más cerca. No era una amenaza, pero se sentía como una barrera.
—Y fue suficiente. No estoy aquí para darte explicaciones sobre lo que siento o dejo de sentir. No soy tu confidente. No soy tu compañero. Esto es un acuerdo. Nada más.
Sentí cómo se me cerraba la garganta. La herida no era lo que decía… era cómo lo decía.
—Lo sé —respondí, intentando que la voz no me temblara—. Créeme que lo sé.
Él bajó la mirada un segundo. No con culpa. Más bien como quien evalúa si fue demasiado duro. Pero no rectificó.
—Bien. Porque necesito que lo recuerdes. No pongas emociones donde no deben ir. No esperes que te cuide más de lo necesario.
Asentí lentamente. Aunque por dentro me rompía.
Me di vuelta antes de que él pudiera decir algo más, o peor aún, ver cómo se me humedecían