Capítulo 33
La traeré de vuelta
Denzel
Las paredes de piedra seguían tan frías como su propia sangre. El aire tenía un leve aroma a medicinas y tierra húmeda. Denzel se aferró al borde de la mesa para impulsarse. Las piernas aún le dolían, pero esta vez no se desplomaron. Logró mantenerse en pie, aunque cada músculo parecía tensarse en protesta. Caminó con lentitud hasta el espejo que colgaba al fondo de la habitación. Lo que vio lo hizo fruncir el ceño, su torso, que alguna vez fue digno de un general temido, ahora estaba marcado por un mapa de cicatrices, algunas delgadas como hilos, otras profundas y gruesas como raíces de un árbol maldito, se llevó una mano al pecho, donde el Alfa de Selmorra lo había alcanzado con aquella garra brutal, sintió el eco del dolor recorrerle los huesos, recordaba sus ojos. Negros. Vacíos. El lobo oscuro de Selmorra no le dio tiempo de defenderse. Lo había derribado con una furia que iba más allá de lo físico. Y él… él había estado solo, sin nadie de s