Capítulo 18
Deberes de una Luna
—Lo hiciste muy bien, pequeña —dijo una voz cálida a mi lado.
Levanté la mirada, se trataba anciana de Selmorra, la misma que me había instruido para sanar a Erick, estaba allí, con los ojos arrugados por una sonrisa dulce. Se sentó junto a mí con lentitud, como si el tiempo pasara de otra manera para ella, a su lado senti calma y algo muy parecido al consuelo.
—Gracias —susurré, aunque no sabía si realmente lo había hecho bien o solo había logrado sobrevivir por ahora.
—Pocas podrían haber replicado ese ritual con la presión de tantos ojos encima. No te subestimes. &m