Capítulo 24
No la quiero
—Ella… ella fue enviada esta mañana al mercado del lado sur, señor. Pero… le diré que venga en cuanto regrese.
No dije nada. Solo cerré los ojos con fuerza, como quien traga veneno y decide esperar el momento para devolverlo. Dina. Claro. ¿Por qué no estaba aquí? Siempre está cerca. Siempre. Esas ausencias forzadas no son casuales. Están ocultando algo. Me están probando.
Pero yo sé. Ella sabe dónde está Maya.
Ella siempre fue más astuta de lo que aparentaba. Más leal a la causa que a mí. Y si alguien vio lo que ocurrió ese día en los límites del reino… fue ella.
Una chispa de furia recorrió mi columna como un escalofrío eléctrico. No por lo que dijo el guardia. Por lo que no dijo, porque si Maya estuviera realmente muerta, Dina estaría aquí. Viéndome. Observando, rezando para que no vuelva a abrir los ojos. Pero no. Está lejos. Esperando.
Y eso me lo confirmó todo.
Ella está viva. Y cuando Dina entre por esa puerta, le arrancaré la verdad… aunque tenga que ha