Melissa fue prometida a un lobo para saldar una guerra entre manadas pero antes de la boda el padre de su prometido es asesinado y culpan al padre de Melissa.Ella ve morir a toda su familia a manos de lobos asesinos.Pero al no poder cambiar por traumas de su pasado se ve atrapada con el que parece jefe de los hombres que asesinaron a su padre.Melissa descubre que ese alfa es su mate así que no puede resistirse.Consigue huir antes de que este la marque e intenta ir a pedir ayuda a la familia de su prometido. Sin embargo descubre que su hermana ha usurpado su identidad. No tiene cómo probar que es la hija del alfa que asesinaron así que le suplica que al menos la deje quedarse como empleada para poder pedir ayuda al nuevo alfa King quien vive en esa casa pero sus planes se complican cuando descubre que el alfa King. Su alfa no solo es el hombre que vio en su casa la noche que asesina a su padre sino que también es el padre del bebé que está esperando.Melissa no sabe qué hacer o cómo podría ella realmente vengar la muerte de su padre si la persona que lo asesinó es justamente su mate.
Leer más— No puedo creer que mañana por fin haremos la ceremonia de iniciación.
La voz del padre de Melissa la hace sentir una vez más extraña, a pesar de estar feliz por estar de vuelta en su manada, esta vez para quedarse, el motivo la hacía sentir un poco mal. Miro el caldo en su plato sintiendo que de repente ya no se sentía tan apetecible. Su madrastra rechistó haciéndola mirar hacia ella.
—¿No estás feliz?
La chica no dijo nada porque prefería no hacerlo, volvió a bajar los ojos hacia el plato mientras su padre hablaba de lo único que parecía importarle. Melissa se sentía como una moneda de cambio pero parecía que nadie se daba cuenta de eso.
— Es un honor para todos — dijo su padre — después de todos estos años estamos a punto de firmar el pacto de paz con la manada vecina.
— Gracias a dios terminaremos con esto de una vez — la voz de su madrastra es amargada — nuestra hija incluso se tomó el trabajo de ir a organizar todo con la familia del alfa Gavin—miró a Melissa—¿Por qué tu no luces feliz?, deberías ser la mas emocionada.
—Tiene razón hija—el padre de Melissa la miró—esta es la boda que todos han esperado, básicamente estás teniendo un honor extremadamente especial—niega—incluso tu hermana se fue para preparar la ceremonia.
—Si , padre—dijo la chica alzando la mirada—solo me siento un poco conmocionada con todo…
—Deberías sonreír más, parece que estamos mandándote al matadero y no a la casa de la familia del nuevo alfa King.
Melissa frunció el ceño sintiéndose aún peor, sabía cómo eran las leyes de la manada, comprendía también que era su deber. Pero no le agradaba en lo más mínimo que ella estuviera en medio de todo aquello, incluso sin pedirlo. Porque tenía que aparentar felicidad si ni siquiera conocía al hombre con el que la casarían.
Melissa había aceptado su destino, pero esperaba al menos conservar la posibilidad de sentirse como quisiera. Su vida había sido difícil los últimos años, tenía demasiadas cosas que la asustaban y afectaban, así que una ceremonia en la que nunca tuvo posibilidad de opinar realmente no le interesaba.
La chica dejó su cuchara antes de ponerse en pie, realmente no deseaba seguir escuchando de cuanto necesitaban todos de ella después de que fuese expulsada de su manada junto a su madre solo para no molestar a la luna de su padre, una mujer que, aunque trataba de ser amable con ella, era más que evidente aborrecía que fuera la primogénita, la hija mayor de su alfa.
Melissa realmente no sentía que eso fuera un honor, ni siquiera sabía cómo iba a contarle a su futuro marido su secreto. Sin embargo, se prometió ir un paso a la vez y lo único que necesitaba en ese instante era alejarse de la cena familiar, donde ella realmente no era un miembro deseado.
— Me gustaría ir a mi habitación padre — dijo la muchacha inclinando la cabeza — creo que aún tengo un poco de jet-lag, así que, si me disculpan, me gustaría lucir bien en la mañana…
—Ahí está esa actitud—dijo su madrastra—no se como podrá ser una buena esposa comportándose así, seguro su madre no le enseñó modales.
—¡No hable de mi madre!
Grito la chica haciendo que su padre la mirara con el ceño fruncido. Melissa tragó antes de inclinar ligeramente la cabeza para disculparse antes su padre y su madrastra.
—Lo siento, estoy un poco sensible y cansada, realmente solo quiero irme a la cama padre.
— Quería que fuéramos a correr juntos hija — dijo su padre— hace años que no veo a tu lobo y debemos hablar de…
— Quizás mañana padre — dijo sintiéndose un poco avergonzada — hoy ni siquiera me siento con fuerzas para respirar.
Su padre la miró durante un momento, pero luego asintió, así que ella agradeció en silencio que pudiera escabullirse lejos del comedor. Subió las escaleras entrelazando sus manos. Ella también llevaba demasiado tiempo sin ver a su loba, tanto, que ni siquiera sabía si seguía dentro de ella. La tristeza de eso la hizo tener que detenerse a unos pasos del último escalón.
Se apoyó en la tallada barandilla de la escalera junto a su derecha y se recordó que tenía un problema importante, uno que en algún momento conseguiría solucionar o al menos eso esperaba ella. Caminó por el pasillo, hacía la única puerta al final de este, la abrió con la llave que siempre llevaba colgado de su cuello y ese olor familiar la hizo sentir un poco mejor.
Esta habitación había sido de su madre, luego fue de ella y seguiría siendo de ella por el resto de su vida. Prendió las luces antes de salir al balcón. La nieve que cubría el borde de su balcón la hizo suspirar. Por alguna razón, la nieve de Alaska le parecía mucho más hermosa que la de su pequeño pueblo en Londres.
Aunque extrañaba a su madre, debía admitir que su loba y ella adoraban la tierra donde vivieron los primeros seis años de su vida. Se acercó al balcón para dibujar su nombre en la nieve que lo cubría, se dijo que pronto sería una mujer casada, con un chico que escuchó era guapo, cosa que de un modo u otro la consolaba.
Cerró los ojos para respirar la brisa de la noche, pero frunció el ceño cuando olió algo extraño en el ambiente, escudriño en la oscuridad rodante en el jardín y su corazón se congeló cuando seis lobos aparecieron de la nada. Su respiración se detuvo cuando vio a los tres ejecutores que custodiaban la casa de su padre ser asesinados.
La muchacha abrió y cerró sus ojos tratando de algún modo de comprender lo que estaba pasando, pero estaba en pánico. Corrió dentro de casa para intentar avisar a su padre, pero cuando llegó al final de la escalera vio a su padre volar por los aires. Un inmenso lobo gris manchó de rojo la alfombra en el suelo, se acercó al inerte cuerpo de su padre que ni siquiera había podido cambiar y vio como clavaba sus colmillos en él.
Un gemido escapó de ella, el lobo sangriento junto al cuerpo de su padre abrió aún más sus fauces y la pobre chica en la escalera tembló. Pudo ver la maldad en sus ojos, la rabia dominante que poseía aquel hombre. Ella quería correr, quería salir de ahí lo antes posible, pero no era capaz de cambiar, lo sabía, así que solo corrió escaleras arriba.
— ¡Qué es todo esto!
Escuchó a su madrastra gritar, corrió hacia el lugar del que venía la voz, la mujer en medio del pasillo la vio. Ella asustada corrió a sus brazos ajena completamente al abrecartas en su mano y realmente pensó que estaba a salvo.
— Han matado a mi padre — lloró asustada— hay un lobo en la escalera y no sé qué está pasando, no sé por qué están haciendo esto o quien les permitió entrar, estoy asustada...
— Tranquila mi niña — dijo la malévola mujer — te prometo que todo saldrá bien, te juro que vamos a salir de esta situación en unos…
La voz de su madrastra se detuvo, ella sintió una ligera brisa antes de ver al cuerpo de dicha mujer caer al suelo bajo las patas de un inmenso lobo negro y Melissa no pudo seguir en pie cuando ese animal clavó con saña sus garras en el cuello de la mujer. Su corazón latió apresurado con un pánico que le congelaba hasta los huesos.
Ella tragó grueso, el sabor de la sangre que salpicó su rostro solo la hizo temblar aún más, pero de repente, la sintió. Su loba aulló en su interior. Sintió el calor abrasador quemar en su vientre y estuvo segura de que sus garras se extendieron cuando el lobo de ojos pálidos volteo sus ojos hacia ella.
Ese olor en el aire era extraño, Melisa no sabía qué era exactamente lo que era, pero su loba parecía ansiarlo. El lobo negro gruñó paralizándola. Sus ojos fijos en los del animal se sintieron cautivados y cuando esté colocó su nariz directamente sobre los pliegues de su vestido, justo en el vórtice de sus piernas. Ella tembló.
— No me mate por favor — suplicó asustada — yo… Yo no hice nada yo…
Unos pasos se escucharon en las escaleras, el lobo se apartó de ella para gruñir a quien sea que estuviera en ese lugar y cuando volvió Melissa se espantó. Ya no era un lobo el que estaba de pie, desnudo frente a ella. Era un hombre, uno con ojos brillantes que parecían estar completamente fuera de sí.
El hombre extraño la tomó de la mano, Melissa trató de escapar, pero no fue capaz debido a su fuerza y sobre todo a que sus pies parecían estar clavados sobre el suelo.
— ¡Usted mató a mi familia! — gritó — ¡No sé quién eres o porque lo has hecho! — ella forcejeó— pero voy a contarle a todo el mundo, voy a hacerlo pagar por…
— Tú no vas a decir una palabra — dijo tomándola de la mano — nunca vas a decir una palabra contra tu alfa, no serías capaz.
— Usted no es mi alfa, es el asesino de mi padre y le prometo que voy a matarlo.
— No vas a hacerlo — dice él sin chistar — ahora, cierra la boca.
Ella jadeó, se resistió como pudo, pero ese hombre la arrastró hacia la habitación de sus padres y la lanzo a la cama sin ningún remordimiento. Su loba aulló a pesar de llevar años sin decir nada dentro de su mate. Melissa tembló cuando su ropa fue rasgada y aunque su cuerpo ansiaba de alguna forma que él hiciera mucho más que eso, ella sabía que debía escapar pero no era capaz de hacerlo por algún motivo así que esa voz en su conciencia siguió cuestionando si podría hacerlo.
— ¡Bésame! — exigió el hombre sobre ella — ¡Ahora!
— ¡No! — gritó la chica tratando de liberarse aunque sus deseos eran otros— ¡Nunca voy a hacer nada con usted a voluntad!, ¡Nunca! — Melissa sintió la fuerza de su cuerpo cubrir el de ella — voy a vengarme y vas a arrepentirte — ella lo miró a los ojos — voy a vengarme, ¡Se lo juro!
Meses después— ¡Mamá Eric me está lanzando nieve!Raquel volteó sus ojos cuando Amaya le lanzó un par de bolas más a Erick que corría para esconderse detrás de Chip, que ya parecía demasiado grande para estar jugando entre esos dos niños.Un aullido hizo que Raquel moviera sus orejas, Se puso en pie mientras daba una advertencia a su hija para que no se moviera de donde estaba y mientras Chip se colocaba entre los niños y quien fuera que se acercara.Los ojos de la loba notaron entonces un lobo familiar, el corazón emocionando de la loba comenzó a galopar mientras ella movía sus patas para acercarse lo antes posible al lobo y la felicidad era demasiado para esconderla. Lo había extrañado debido a que ahora tenía que hacerse cargo de la antigua manada de Redson, el lobo lamió sus orejas emocionando antes de que ambos trotaron hacia los niños.— ¡Papi!— ¡Papi!Los niños corrieron hacia el lobo. Raquel caminó hacia la terraza para cambiar y solo cuando estuvo cubierta por una manta le
Aquello era increíble. Raquel sonrió emocionada mientras miraba alrededor del salón donde estaban las mujeres con vestidos coloridos, charlando o bailando al ritmo de la música que una majestuosa mujer tocaba con un arpa.El vestido blanco sobre ella era hermoso, diseñado para ella y su vientre cada día más redondeado. Su hermana la miró antes de beber un poco más del zumo de naranja que había pedido.— ¡No puedo creer que fui la luna que lanzó el polvo rosa sobre ti! — Raquel sonrió mientras ella le guiñaba un ojo — no creo que te haga falta pasión en tu relación, pero la tradición es la tradición.— Al menos no fuiste marcada por la viuda — Alexis regresó desde una de las mesas desplegando su abanico — no creen que está haciendo mucho calor aquí — miró alrededor — ¿Sabes dónde está mi nieta?— Creo que fue a ver a su padre — respondió Raquel — odio esta parte de las bodas, quiero quitarme los zapatos y dormir, estoy cada día más hinchada en todas partes.— Estás estupenda, hermosa —
Un mes despuésLa sed hizo que Rick sintiera la urgencia de tragar, pero incluso eso le parecía un problema, su mente estaba algo confusa, pero recordaba lo que habían hecho a Raquel, que se habían llevado a Amaya y que él estaba a punto de…Sus ojos se abrieron de golpe, saltó sobre la cama donde se encontraba sin realmente saber qué estaba pasando, pero reconoció al instante su habitación, el techo de su casa sobre su cabeza, pero no parecía que hubiese alguien con ella. Trató de ponerse en pie, pero su cuerpo no lo resistió, y calló estrepitosamente sobre el suelo.Maldijo justo antes de que la puerta del cuarto se abriera, una de las empleadas gritó mientras corrió para ayudar al hombre sobre el suelo. Rick tuvo que apartar su orgullo a un lado cuando esta lo subió una vez más a la cama y su corazón se destrozó cuando se dio cuenta de que la segunda persona que entraba a la habitación tampoco era Raquel.— Llama al doctor, con prisa.La chica corrió cuando la voz de Alexis dio aqu
— No tienes que ir ahí, Raquel, no es una buena idea.Melissa trató de detener a su hermana mientras ella trata de que su cuerpo no duela tanto al caminar, el vestido negro que cubría prácticamente todo su cuerpo solo dejaba a la vista el cuello algo magullado que cubrió con una bufanda.— Quiero ver que realmente… Que realmente está muerta, no podría dormir en paz si no lo hago.— Pero necesitas cuidar de Amaya, los doctores dijeron que debías cuidarte, tu bebé…— Estoy bien, iré en un auto y regresaré cuando esté completamente segura de que todo ha terminado, entenderme, no quiero vivir pensando que incluso pudo escapar de la muerte — respiró hondo — estoy completamente aterrorizada, aunque esté aquí, en esta casa.— Esta es mi casa, Raquel, no quería dejarte sola a cinco horas de aquí. Rick necesita atención, así que puedo ayudar.— Podía encargarme de mi alfa, está así por mi culpa, siempre es mi… Mi culpa — la chica intentó no llorar —, pero me encargaré de que nadie más sufra po
— ¡Mi hija, dónde está mi hija!Raquel se despertó con el pánico en sus ojos, sus dedos se curvaron, aunque realmente sentía que todo su cuerpo pesaba de más y parpadeo cuando las fuertes luces sobre su rostro la cegaron por un par de segundos.La chica tembló algo confundida, lo último que recordó fue perder la conciencia frente a una extraña que llevaba en brazos a su hija aún en su forma de lobo. Una puerta se abrió, la mujer que apareció no era conocida, pero llevaba un uniforme de hospital con el logo de alguna manada en el brazo.— Parece que ya despertó, señora, — la mujer checó los aparatos a los que estaban conectados algunos de sus dedos —. Ha estado inconsciente por dos días, pero las cosas están mejorando, ha tenido suerte, su bebé está a salvo. Si permite, llamaré al médico para…¿Bebé?¿Qué bebé, estaba hablando de Amaya? Probablemente, Raquel se dijo que no podía quedarse acostada en aquel lugar, arrancó todos los cables conectados a ella sin siquiera importarle cómo la
Rick irrumpió en la antigua casa del alfa Redson con rabia, cambió todo lo rápido que pudo y ni siquiera lo pensó dos veces antes de lanzarse contra el hombre que salió visiblemente a la defensiva contra él.— ¡Qué haces aquí! Esto es un delito contra las leyes de los lobos, estás en mi territorio sin permiso.— ¡Dónde está mi luna y su hija! — gritó Rick — ¡Dónde están maldita sea!— No sé de qué hablas, nadie está aquí, llamaré a los ejecutores. Que seas el hermano del alfa King no te da ningún derecho a…Rick sintió un fuerte golpe en su cabeza, un gemido de dolor salió de él cuando cayó sobre el suelo de rodillas y pudo notar como alguien rasgaba su espalda con un par de garras.— ¡Te dije que este bastardo vendría aquí! — gritó el alfa hacia alguien más — ¡Porque no hicimos lo que dije y dejaste a esa mujer allá!, solo necesitamos a la niña.— Esa perra debe morir, tú quisiste deshacerte de tu hermano y no dije nada, yo quería hacer miserable a esa perra porque mataron a mi hijo,
Último capítulo