La pasion del mafioso

La pasion del mafiosoES

Romántica
miladyscaroline  Completo
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9.6
80 Reseñas
64Capítulos
34.6Kleídos
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Añadido
Resumen
Índice

Existe una delgada línea entre el final de la mafia y el inicio de ella. Ahora que roma les pertenece, la sombra de nuevos enemigos acorrala sin medir consecuencia. El mundo que han heredado y que ahora gobiernan desde la cúspide, los arrojarán a nuevos desafíos que pondrán a prueba la veracidad de su amor. ¿Quién ganara esta vez la batalla...el corazón o los monstruos que aún existen bajo la cama? Una boda. Un bebé. Una adicción... Y una nueva lucha por el poder. —No —sollocé—, no tienes que hundirte conmigo. No te arrastres a esto, por favor. —Deja que sea yo quien tome mis propias decisiones. —susurro agotado. —Tus decisiones harán que te hundas conmigo. No lo permitiré. Querido lector: Recuerda leer antes La tentacion del mafioso antes de llegar aqui. Esta es la continuacion de un primer y apasionado libro de mafia.

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Mayte G
Me encanta la forma en que se define el carácter de cada personaje, no sé si amé más a Mauro, Sebastián o Carlo en todas sus facetas. Cada descripción te hace sentir sus emociones. Felicidades autora!! Muy buena historia, llena de adrenalina y pasión. Igual que su primera parte.
2024-05-18 13:20:49
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Luci Gc
Muy emocionante
2024-03-27 03:23:27
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Karina Suriel
Un tercer libro donde pudiéramos conocer más de Mauro y Lia y sus cazadores..... Es la mafia no ? y todos tienen sus fantasmas al acecho '; Miladys plissssss ';( tus lectoras estaríamos felices ';)
2023-04-20 22:34:01
4
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Karina Suriel
Me gustaría un tercer libro, pero ya leí en los comentarios que no lo habrá ';( Muchas felicidades!!!! Ya leí todos tus libros y estoy siguiendo tu última publicación ';)
2023-04-20 22:19:00
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Rosmery Peralta
Exelente muy buena historia de principio a fin mis pareja favoritas Carlos y Gia y Sebastián y Bella gracias por tus buenas historias autora
2023-04-19 02:58:56
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ROMEL GROUP SOLUTIONS
Muchas felicidades Miladys Caroline sigo leyendo tus obras son excelentes. ya he leido La tentación del mafioso, La pasión del mafioso y El hijo del italiano (que fue la primera que leí y me gusto tu trabajo), ahora voy por PADRE SOLTERO BUSCA NIÑERA...
2023-02-15 10:32:21
1
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Chanel R Pastrano DFructuoso
me gusta muchísimo la historia pero siento que se enfoca más a Carlo y Gia que a los demás... quiero ver a Bella y a Bastian mas unidos y a Mauro y Lia desarrollar mas su relación
2023-02-14 01:41:53
1
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Yelitza Corobo
hermosa historia
2022-10-08 07:27:33
2
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osiris vizcaino
de principio a fin las dos historias me facinaron lloré fui feliz de verdad que muy buena trama en todo me imaginé a los protagonistas en cada una de las facetas solo queda decir que fue espectacular gracias Mila
2022-10-07 08:41:50
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Trini
hermosa novela!!! tendrá algunos extras para ver cómo sigue la historia???
2022-10-05 10:31:37
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Nancy Marcela Fandiño Martínez
Espero que esté no sea el final. Creo que merecemos mas
2022-10-04 02:57:22
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Erika Villegas
Feliz de haber leído tu historia, es magnífica, cada capituló me tenías con muchas emociones, emoji, felicidad , llanto, fue Perfecta
2022-10-02 08:17:55
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aliciamontenegro938
Me encanta el final peor me he liado un poco por qué en la página 8 dice volvimos a roma y nos casamos en el jardín de los mancini y luego en la 12 dice que en 3 horas se convertiría en la esposa de Sebastian, no me a quedado muy claro cuando se han casado, pero me encanta que esté embarazada porfin
2022-10-01 08:24:14
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aliciamontenegro938
Sabía que Gia le daría un hijo a Carlos, ojalá isabella pronto le pueda dar uno a Sebastian y borrar el recuerdo del que perdieron, me dio mucha pena que lo perdiera la verdad
2022-09-30 16:31:28
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osiris vizcaino
me encanta la secuencia de mi novela favorita gracias
2022-09-30 03:35:33
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64 chapters
| PRIMERA PARTE | 1. Ketamina
Bella Odiaba discutir con él. Odiaba la forma en la que sus ojos me miraban decepcionados, pero, sobre todo, me odiaba a mí misma por habernos arrastrado a esta situación de no retorno. Era plenamente consciente de mis acciones, y por eso supe que tuve que haberme detenido. Tuve incluso que haber dejado la botella de whisky dentro del minibar del comedor y no sorber de ella. Tuve que haber dejado las maldit4s pastillas hace cuatro meses y no haberme convertido en una jodida adicta a ellas. Pero desde que había desarrollado ese estúpido insomnio no había sido capaz de detenerme. Si cerraba los ojos, la obscuridad me absorbía de un solo bocado. Ninguno de los que estaban en aquella mesa tenían si quiera una puta idea de cómo se sentía querer dormir y no poder hacerlo porque las sombras te consumían. No tenían si quiera la mínima idea de lo que se sentía depender de unos jodidos fármacos para poder conciliar el sueño tres putas horas. No más. No menos. . . . Gia El s
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2. La chica equivocada
Sebastian Las horas en el despacho se me habían antojado lentas y desesperantes. Eché un vistazo al reloj. Era pasada la madrugada cuando escuche el rumor de unos pasos antes de que Rigo apareciese por la puerta. No venia solo. Arrastraba consigo a un tipejo de no más de veinticinco años y el posible causante de que Isabella haya sucumbido en estupefacientes. Mi jefe de seguridad lo obligo a tomar asiento en la silla del otro lado del escritorio y el respondió mirándome con osadía. Tenía agallas, pero veríamos hasta donde le alcanzaba. Respire hondo y me incline hacia adelante. Los puños cerrados alrededor de la madera de mi escritorio. — ¿Qué tenemos aquí? —pregunte, al tiempo que Rigo me entregaba un sobre. Extraje el documento en su interior. Leonardo Basseli. Veinticinco años. Italiano de madre estadounidense y ex miembro de la organización de Chicago. —Cinco veces preso en lo que va de año por venta ilícita de droga e intento de violación a chicas de menos de veinte a
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3. La sombra del amor
Bella Abrí los ojos. Desconocía el tiempo que había estado dormida pero ya era de día. Todavía nevaba y la neblina apenas dejaba entrever el horizonte. Su timidez se colaba por la ventana y hacía de la habitación un lugar frio y difícil de soportar. Me encogí dentro de las sábanas y oteé el exterior alrededor de una hora. Me dolía la cabeza, pero ese hecho no fue tan importante como el ahora terrorífico recordatorio de lo que había hecho la noche anterior. «Ketamina...» El hombre del bar llevaba razón cuando me dijo que los efectos de las píldoras conseguirían esfumarlo todo. Y así fue, al menos durante algunas horas, porque allí estaba de nuevo ese vacío estridente que se abría paso a arañazos a través de mi piel y azolaba de golpe. Era pasada la media mañana cuando decidí salir de la habitación. Al principio mis piernas no respondieron como me hubiese gustado. Tuve que aferrarme a la barandilla con fuerza porque no confiaba en
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4. Habitación de pánico
CarloEra como estar presenciando una puta película de acción mal dirigida.Detrás de ellos se desataba un caos que siquiera tenía pies ni cabeza. Lo que si era un hecho es que nuestros atacantes ambicionaban atraparnos ilesos, de lo contrario, mi hermana y Sebastian no hubiesen sobrevivido al encuentro cara a cara con aquellos esbirros.Greco ya había acordonado el ingreso a la mansión con un equipo de diez hombres mientras el resto arañaba tiempo para que ellos ingresaran.Rigo disparó a un hombre que se acercaba por la derecha de Sebastian mientras yo despejaba desde el lado opuesto.Disparé a quema ropa. En el pecho de uno. En el brazo de otro. Cabeza y piernas.El aliento no demoró en amontonárseme en la boca. Tampoco el corazón al latir como un loco sin frenos, pero eso era simplemente el resultado de una creciente adrenalina recorriéndome las venas.Al principio, si quiera pude enfocar la vista en cuantos eran, pero conforme los segundos se convertían en minutos, eran más de el
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5. Una versión distinta
BellaEra yo quien nos había empujado a aquella situación tan vulnerable, y, aun así, él escogía la prudencia y el amor más grande para observarme.Nuestros labios se tocaban. Compartían el mismo aliento. Su corazón latiendo contra mi pecho, abrigando mis espasmos.Éramos uno mismo.No importaba cuanto la mafia decidiera interponerse. Al final del abismo, de ese obscuro y largo túnel que habíamos atravesado, solo éramos él y yo. Siempre.Me aferré sin limitaciones a su contacto.Mi mano entrelazada a la suya. Mi propio reflejo brillando a través de sus pupilas.Joder, siempre habíamos sido un equipo, ¿en qué momento nos olvidamos de eso?Me asaltaron las lágrimas. Sebastian contuvo las suyas para que las mías no se intensificaran. Pero no pude retenerlas. Ellas resbalaron por mis mejillas y yacieron en el surco de sus labios.—Deja de llorar, mi amor —susurró en mi boca. Limpiándome con el dorso de su mano y sonriendo probablemente para animarme.No era justo para él. No merecía su a
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6. Un reencuentro nostálgico
CarloNunca me había alegrado tanto de ver a mi hermano mayor como en ese segundo.Fue como estar reteniendo la respiración bajo al agua por mucho tiempo y sucumbir a la superficie por una bocanada de aliento.Gia respiró detrás de mi espalda. Todo nuestro equipo también lo hizo.Isabella fue la primera en lanzarse a los brazos de su hermano. Él la recibió como si hubiese estado anhelando ese contacto por décadas.Mauro no venía solo. Le acompañaba Analía a su derecha y un grupo de sus hombres de seguridad.Desde luego, el reencuentro se llenó de abrazos y jaleos. Albergó el cariño y el entusiasmo. Isabella, Gia y Analía se fundieron en un abrazo que casi les provocó las lágrimas. El resto de nosotros si quiera reparó en el pudor al momento de tocarnos.—Estás de regreso… —susurré ofuscado.Mauro me miró y acortó la distancia que nos separaba antes de lanzarse a por mí. No sabía cuan urgente resultaba ese contacto hasta que liberé todo el aire que había en mis pulmones y enterré la c
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7. Un clan enemigo
BellaCerré la puerta detrás de mí y permití que la oscuridad de la habitación me atrapara en sus paredes.Detrás había quedado el rumor de las voces y ahora me enfrentaba a la creciente sensación de escalofrío que me recorría el cuerpo entero. Tenía muchísimo calor, pero, al mismo tiempo, un frio terrible que calaba hasta mis huesos.Me estrujé los dedos de las manos hasta sentir que me hería, sin embargo, no era esa clase de dolor que no pudiese soportar, al contrario, aliviaba. Y me apartó por un segundo de esa urgente quemazón que recorría mis venas por la ausencia de los fármacos.Tragué saliva. El pecho subiendo y bajando. La boca seca y entreabierta en busca de aire para llenar mis pulmones.Me acerqué hasta el tocador. Clavé las palmas en el filo de la madera y me miré al espejo. La frente perlada en sudor. Los rastros de unas ojeras que perfilaban mi rostro y el terrible color gris de mis labios.Esta versión de mi estaba cargándose a toda la gente que quería. Si no luchaba c
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BellaSebastian y yo nos despedimos en el garaje de la casa y no solo él le costó dejarme, sino que diez minutos atrapados en la boca del otro no fue suficiente, no cuando su despedida advertía algo realmente turbio.Algo más grande que él y yo.Algo más grande que lo que habíamos construido.—No quiero que te vayas —le había dicho aún pegada a sus labios.Manos entrelazadas.Él percibió la presencia de mis miedos y llevó nuestras manos a la altura de su corazón. Latiendo tan despacio que incluso me costó sentirlo.—Tengo que hacerlo —murmuró bajito—. Regresaré tan pronto como pueda y entonces te llenaré de besos hasta que digas basta.—Yo nunca tengo suficiente de tus besos.Lentamente, deslicé mis manos por su tórax, subí hacia sus hombros y descendí a través de la curva de sus brazos sabiendo que ese gesto le enloquecería.—Se lo que estás haciendo —contuvo el aliento un tanto desesperado.Sonreí descarada.— ¿Y lo estoy consiguiendo? —sonreí descarada.— ¡Joder Isabella Ferragni,
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10. Desatar el caos
AnalíaSofía Caruso era la clase de mujer que no perdía el temperamento con demasiada facilidad, quizás por eso se obligó a si misma a convertir las manos en dos puños muy apretados cuando Sebastian la dejó plantada a mitad de la explanada cuando le hizo bajar la ventanilla del auto por una innecesaria despedida.La conocía desde la universidad, dos años mayor que yo en la carrera de medicina. Su ambición no solo la empujó a obtener un máster, sino a relacionarse estrechamente con los hombres poderosos de la élite gracias a su lazo sanguíneo con un corrupto y famoso fiscal de roma.Que tuviese sus ojos puestos en Sebastian no me preocupaba, sino lo que estaría dispuesta a hacer para conseguir sus objetivos.La Caruso entró al salón y subió las escaleras sabiéndose observada por todos los que allí estábamos.El resto nos quedamos allí fuera, contemplando el angustiante vacío que dejaba. Y aunque ninguna de las mujeres supiéramos que era lo que realmente estaba pasando y hacia donde se
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