Cuatro

Maximiliano y yo nos separamos de golpe del susto cuando escuchamos la tercera voz, con el corazón agitado. Afortunadamente solo era un guardia hablando a través de su walkie talkie, siguiendo de largo sin voltear a ver siquiera hacia el pasillo.

Sentí que mi corazón estaba a punto de salírseme por la boca, y cuando levanté a ver a Maximiliano me di cuenta que la evidencia de nuestra pequeña ''presentación'' terminó con mi labial rojo embarrado en sus labios.

— ¡¿Por qué me miras con esa cara de tonta?! ¡Date la vuelta!

Entendí rápidamente por qué estaba incómodo cuando vi ''Eso'' en su pantalón.

— ¡Oh, lo siento señor Landolfi! — Me disculpé mientras me giraba para no verlo.—Deberías... Ir al ¿Baño?

Maldición que incómodo es esto.

«Muero de ganas de ver su cara cuando se de cuenta de que ese labial cuando mancha la piel es casi imposible de quitar..» intenté no sonreír, había previsto esto así que usé el labio más pegajoso y pigmentado posible. ¿Qué dirán todos cuando vean al gran y respetado heredero de la casa Landolfi manchado con el labial de una mujer? Será un escándalo por completo.

— Maximiliano.

— ¿perdón?

— Llámame por mi nombre, es una m****a que me llames por mi apellido cuando estuve a punto de follarte.

«Qué... Qué diablos fue eso...»

¿Debería tomarlo como muestra de su favor?

Maximiliano gruñó, yo lo esperé fuera del baño por un largo rato.

Ahora que él está en mis manos las cosas serán mucho más fáciles a partir de ahora, haberlo reducido solo era la punta del iceberg.

«Los hombres infieles deberían sufrir más que nadie.»

— Mira, les dije que estaría aquí... 

Un grupo de mujeres camina hacia mí antes de que Maximiliano salga del baño, acorralándome, por la forma en que me están mirando sé que no están aquí para hacerse mis amigas.

— No creíste que funcionaría, ¿Verdad? Tu farsa de fingir ser una mujer única y diferente. — Me habló una mujer morena bellísima de cabello abundante y ondulado. — incluso te atreviste a seguirlo hasta el baño, ¿Acaso no sabes lo que es la vergüenza?

Dado que vinieron a buscar explicaciones sobre mi relación con Maximiliano, deduzco que se trata de alguna especie de club de fans... O acosadoras.

«Tú eres la que debería sentir vergüenza de desaprovechar tu belleza por un hombre que corteja a una mujer estando comprometido.» Suspiro, no quiero buscar pelea con ninguna de ellas.

— Se equivocan... Las cosas no fueron de esa manera... Maximiliano- Perdón, quise decir el señor Landolfi y yo... ¡Lo que tenemos es sincero! Hemos tenido química desde el primer momento en que nuestros ojos se encontraron. 

Hice mi mejor expresión de vulnerabilidad, incluso las bestias sentirían compasión de un ser que parece indefenso.

Lo que dije no era una completa verdad, pero tampoco era una mentira absoluta.

«¿Qué más da si tergiverso la historia un poco? Maximiliano se ha encaprichado conmigo de cualquier modo.» 

Sé que, cuando salga del baño, me defenderá de estás lunáticas.

Noto cómo ellas se rien de "Mi ingenuidad" Pero no le doy importancia, todo lo que necesito es a Maximiliano de mi lado.

«Si antes tenía un 80% de posibilidad ahora ha subido al 95% por encima del resto.»

— Maximiliano Landolfi es un heredero respetable, no hay nadie que no sepa sobre su historia de amor con Isabella, su prometida. Ella es muy hermosa, tú serías como un calamar a su lado. 

¡¿PERDÓN ?!

¡¿Cómo me acaba de llamar?!

— Además él no ha tenido otras mujeres desde que se comprometió y aún si fuera así... — Murmura una mujer de cabello castaño y baja estatura. — Alguien como tú no sería la primera opción, en cambio Ginette... 

«Ah, así que ella se llama Ginette.» La miré de forma disimulada.

— Ginette es la única de nosotras que es realmente cercana con él, originalmente ellos-

— Ya cierra la boca, Lyna. — La regañó Ginette.

— Pero Maximiliano es un hombre comprometido, ¿cómo puedes decir algo como eso también? — Pregunté, fingiendo incredulidad para sacarles tanta información como puedan.

Se miraron entre sí.

— Maximiliano es un hombre, el amor se acaba. No será ni el primero ni el último en querer a alguien más en su vida.

«¿Acaso están escuchando lo que dicen? ¡¿Afirman que está bien que sea infiel si es con una de ustedes?!»

— Están loc... Camente enamoradas... — Rectifiqué mis palabras. — Lo siento, entiendo que solo pueden observarlo desde lejos, pero conmigo es diferente... El corazón no elige a quién amar, no vale la pena enfrentarnos porque es obvio quiénes van a salir perdiendo.

Espero sinceramente que hayan entendido mis palabras.

«Lo siento, no tengo nada contra ustedes pero no puedo dejar ir mi gallina de los huevos de oro.»

— ¡¿Cómo te atreves a ser tan descarada?! ¡A ver si con esto aprendes a no entrometerte-!

Cerré los ojos con fuerza cuando esa mujer de cabello negro alzó la mano para abofetearme, las uñas largas y los anillos en sus dedos solo indicaban una cosa: Va a doler.

— ¿Qué alboroto es este?

— ¡Señor Landolfi! 

Aquella mujer bajó la mano con la que me iba a pegar rápidamente. En cuanto ví a Maximiliano salir del baño me aferré a su brazo «Escuché el sonido de sus pasos justo a tiempo, casi meto la pata.» fingía temblar de miedo.

— ¡Encontramos a esa mujer acechándolo! Está delirando, solo dice que usted la eligió.

— ¡Es la verdad! — Me aferré más a él como si fuera una soga salvavidas. — Maximiliano y yo, lo que tenemos es real. ¿No es así, Maxi?

«Vamos, niñas ... ¡Apúrense y corran el rumor de la nueva amante oficial de Maximiliano Landolfi!»

— Las mujeres hoy en día no dejan de sorprenderme con las cosas que son capaces de hacer por atención. — La voz de Maximiliano fue fría, soltó una risa áspera. — Creí haberte dicho claramente que no estaba interesado, pero te atreviste incluso a seguirme hasta el baño, ¿Eres una acosadora o algo como eso?

¿Qué?

¿Por qué Maximiliano de repente...?

«Un momento... ¡¿Cómo diablos se quitó tan rápido las manchas de labial que toma horas remover?!»

Retrocedí por instinto cuando dió una zancada hacia mí, sus orbes verdes se tornaron de un color turbio, lleno de odio y me apuntó con el dedo.

— Incluso los campesinos de la cuna más baja reciben la educación suficiente, ¿Pero tú? Incluso te atreves a llamarme por mi nombre ¿No tienes vergüenza acaso? ¿Sabes siquiera quién soy?

«¡¿Qué demonios estás diciendo de repente?! ¡Dijiste que estaba bien llamarte por tu nombre!»

— Pero... Tú... ¡Definitivamente nosotros antes-!

— No me hagas repetetírtelo dos veces. — Me advirtió, interrumpiéndome. — Si quieres ir por ahí como una rata esparciendo chismes y rumores no me culpes después por las consecuencias.

Escuché las risas de burla del grupo a mis espaldas, me quedé inmóvil, todavía estaba intentando asimilar lo que ocurrió mientras veía a Maximiliano alejarse con aquellas mujeres rodeándolo.

« No puede ser... ¡¿La que cayó en su trampa fui yo?!»

¡Ese... Hijo de... PUTA!

«¡Ya verás, bastardo! ¡Me vengaré de esta humillación! Haré que te enamores de mí tan perdidamente... ¡Que te vas a arrepentir por esto!» 

— No sé si eres tonta o demasiado ingenua. — Ginette, la única que se quedó atrás, me habló. — Déjame darte un consejo solo porque me has dado algo de pena: No te humilles más y vete. Soy la única persona que entiende el corazón de Maximiliano y... No me gustan las cosas problemáticas..., no me va a costar nada deshacerme incluso de tu sombra así que será mejor que no te encuentre en el lugar y momento equivocados.

Sentí escalofríos cuando Ginette me apartó de un empujón con el hombro cuando se fue, dejándome boquiabierta con su amenaza. 

«¿...Qué rayos le pasa a esa chica?»

Lamentablemente, me di cuenta bastante tarde de lo que esa advertencia implicaba cuando los guardias de seguridad me bloquearon el acceso de regreso al gran salón.

— No puedes pasar.

— Tiene que haber un error, soy una invitada ¿Cómo podrían sacarme de este evento?

— No hay ningún error, nos informaron sobre una mujer ebria haciendo un escándalo con una acosadora ebria y que debíamos impedir su entrada. Mire, es usted la de la fotografía.

«¡¿Una acosadora?! ¡¿Yo»

No hizo falta que me lo dijeran para saber quién fue.

«¡¿En qué momento me tomaron esa fotografía esperando fuera del baño de caballeros?!»

— Escúchenme, tiene que haber un error... Yo definitivamente no estoy ebria, ¿De acuerdo? Ahora con permi-

— Las órdenes son claras: No puedes pasar.

En mi desespero solo se me ocurrió hacer la cosa más humillante que se me ocurrió: Actuar de la misma forma que lo haría un niño rico mimado cuando alguien de baja clase lo menosprecia.

—¡No pueden hacerme esto!¿Acaso saben quién están tratando? ¡Yo soy la-!

Cuando ese muro impenetrable de seguridad me echó hacia atrás perdí el equilibrio y caí hacia atrás cuando SE ME ROMPIÓ UN PUTO TACÓN, haciéndome caer sobre mi trasero. Y el mesero que llevaba la bandeja de vino, para colmo, se tropezó conmigo y cayó.

¿Saben dónde cayó su bandeja de vino?

¡Por supuesto! EN MI PUTA CABEZA.

«¡Tierra, trágame!»

— Venía a revisar por qué había tanto escándalo en la entrada, pero parece ser que solo se trata de la mujer borracha de antes haciendo una escena, definitivamente fue la mejor decisión sacarla del evento.

Esa sonrisa arrogante, esa maldita voz siniestra y esa puta mirada de halcón hace que me hierba la sangre mientras me quito la servilleta del mesero de la cabeza.

— Pfft. Parece que estar en el suelo de queda bien, ¿Por qué te levantaste?

No voy a darle importancia a sus burlas, estoy acostumbrada a que este tipo de situaciones ocurran en mi trabajo, respiro hondo y exhaló «Para no matarlo.» estoy bien, puedo recibir cualquier ofensa de ese ESTÚPIDO hombre.

«Mira esa cara, debe estar realmente enojado de que no haga nada incluso con tantas miradas de burla.»

— Me encantaría saber quién fue la persona que invitó a una mujer sin antecedentes ni relaciones, ¿No tenemos suficientes caza fortunas ya en esta fiesta? — Las risas se escuchan.

No estaba enojada hasta ese momento, ninguno de esos insultos estaba directamente siendo arrojados a mi verdadera persona, incluso cuando Maximiliano los decía con todo el afán de ofenderme.

«Estas queriendo hacer enojar a la mujer que recibe bofetada durante su trabajo.» me reí por lo adorable que me pareció su ingenuidad, Pero la risa me duró poco.

Porque lo que ese hijo de puta diría después... Uuy.

Esas palabritas sí me tocaron en la llaga.

Y para cuando me dí cuenta, mi puño cerrado había saltado solo.

— ¡!

— ¡Ayuda, esa mujer loca agredió al señor Landolfi!

— ¡Esta perra!

«Carajo, ¡Me excedí!»

Sigue leyendo este libro gratis
Escanea el código para descargar la APP
Explora y lee buenas novelas sin costo
Miles de novelas gratis en BueNovela. ¡Descarga y lee en cualquier momento!
Lee libros gratis en la app
Escanea el código para leer en la APP