POV: Aslin Ventura
—¿Qué hace este collar aquí? —mi voz tembló, apenas pude reconocerme.
Sostenía la joya entre mis dedos como si me quemara. Sentía que el corazón me iba a estallar. El dije dorado colgaba, brillante, silencioso… burlón. Lo conocía. Dios, cómo lo conocía. Era de Cinthia. No había forma de equivocarme. Lo había visto en ella cientos de veces. Lo llevaba como una corona, como un trofeo, como una sentencia.
Me giré hacia Carttal, y mis ojos se encontraron con los suyos. Oscuros, serios, casi confundidos. Pero esa expresión, por más que intentara parecer genuina, no logró calmar el pánico que se estaba encendiendo dentro de mí.
—Este collar… —volví a decir, esta vez con más fuerza—. Este maldito collar pertenece a Cinthia. ¿Qué hace aquí, Carttal?
Él dio un paso hacia mí, pero yo retrocedí instintivamente. El frío del suelo me caló hasta los huesos, pero no me importaba. Me dolía el pecho, me dolía la cabeza. Todo empezaba a girar como si la habitación se inclinara.
—Asli