Mundo ficciónIniciar sesiónVereda Catani
Salí de esa mansión con la sangre hirviendo. Cada paso que daba por los escalones de mármol era como un trueno, como si la propia casa me hubiera escuchado y se estuviera riendo de mi cara.
– "Señora de la mansión"... – el atrevimiento de Giulia resonaba en mi mente como una puñalada repetida. la audacia de esa chica, aquella... niñera, se puso en mi camino como si tuviera algún derecho.
La puerta se cerró detrás de mí con un estruendo. La lluvia helada me golpeó en la cara, pero no retrocedí. En ese momento, mi odio era suficiente fuego para mantenerme caliente. Me metí en mi coche con un movimiento brusco, tirando la bolsa en el asiento del pasajero. Mis manos temblaban de rabia sobre el







