Mundo ficciónIniciar sesiónClara no se fue lejos. No podía. No después de lo que acababa de ver.
Tomó el pasillo lateral, el que conducía a la sala de reuniones vacía. Cerró la puerta despacio, pero no lo suficiente para bloquear las voces apagadas que venían de la oficina de Marcus. Su mano temblaba alrededor del vaso aplastado. Un latido furioso le subía por el cuello.
Ella había visto la manera en que la niña había corrido hacia esa chica.
Y peor aún: la manera en que Marcus había mirado esa escena.
No era la mirada de un hombre agradecido, era la de alguien que había encontrado paz… y sabía que no podía tenerla.
Clara apretó la mandíbula. Entonces







