Mundo ficciónIniciar sesiónEl silencio en la oficina se volvió espeso después de las últimas palabras.
Marcus estaba de pie, derrotado, pero cada fibra de su cuerpo seguía atraída hacia Laila como si el aire entre ellos fuera un imán.
Ella acariciaba el cabello de Melissa, todavía dormida contra su pecho, y su respiración era suave, ajena al huracán que destruía a los adultos a su alrededor.
Laila alzó la vista sin querer, quizá para asegurarse de que Marcus no estuviera sufriendo más de lo necesario… pero fue suficiente.
Sus miradas chocaron.
Cansancio. Dolor. Deseo.
Era imposible esconderlo ya.
Marcus di







