Capítulo 17. Secretos y Confidencias
Los días transcurrían lentos y pesados en la abadía. Eira y Entienne parecían haberse convertido en fantasmas el uno para el otro, evitando cualquier encuentro. Ambos sumidos en pensamientos conflictivos; Eira se mantenía en la biblioteca prohibida, inmersa en libros y preguntas que no encontraba cómo responder, mientras Entienne caminaba con pasos firmes y mirada severa, decidido a descubrir los secretos ocultos entre los muros de aquel lugar sagrado.
Pero la abadía no estaba tan silenciosa como aparentaba. En las noches, Entienne vigilaba desde las sombras, observando a la hermana Martha, cuyos pasos eran más que conocidos para él.
Ella salía de su habitación con el camisón apenas cubriendo su cuerpo y regresaba despojada de toda prenda, con una sonrisa lasciva y ojos brillantes. Entienne la había seguido varias veces, ocultándose en las sombras, y había anotado los días exactos en los que los hombres llegaban. Sin embargo, esta vez, decidió enfrentarla.
Martha caminaba por