Aquel corazón humano frente a él acababa de decir algo que ningún alfa esperaría de una mujer como ella.
La miró fijamente, casi con respeto.
—¿No le temes a la muerte? —repitió, intrigado.
—No. —respondió ella sin vacilar, girando su rostro hacia la ventana, aunque su reflejo en el vidrio dejaba ver la sombra de su tristeza—. Cuando has perdido todo, el miedo deja de tener sentido. Aprendes a caminar sola, aprendes a no esperar nada de nadie… y la muerte… bueno, la muerte ya no me asusta tanto cuando has sobrevivido a cosas peores.
Damian apretó la mandíbula. Sus ojos azules parpadearon apenas. No supo si esa respuesta lo conmovió… o si lo enfureció por dentro. No podía soportar verla tan fuerte, tan decidida… tan rota y tan viva al mismo tiempo.
Pero también la respetaba por eso.
—Eres más fuerte de lo que pensaba, Luna Moretti. —pensó mientras su mirada la devoraba en silencio.
—¿Y usted? —preguntó Luna de repente sin mirarlo—. ¿Le teme a la muerte, señor Damian?
Damian desvió la m