Cuando ella abrió los ojos, el sol le daba justo en el rostro, un rayo cálido y suave de los primeros del día, apenas el cielo comenzaba a aclarar, y los colores iban desde el violeta, pasando por el naranja y luego al azul diáfano y claro que ella ahora podía distinguir.
En su rostro se dibujó una hermosa sonrisa de felicidad, un sentimiento que Sienna había olvidado hacía mucho tiempo, ya ni siquiera recordaba cómo se sentía, pero ahora, parecía que su corazón era libre como el viento que le rozaba la cara, solo esperaba que durara lo suficiente como para poder disfrutarlo un poco, por experiencia sabía que, de lo bueno, poco…
O al menos era su experiencia, lamentablemente.
Cerró los ojos de nuevo, y se aferró a ese sentimiento mientras podía, mientras no había nada que lo estropeara, y recostó de nuevo su cabeza con delicadeza s