«Si maté a tu padre que fue quien me marcó, puedo matarte a ti, que eres mi mate. Soy la actual reina del harén, no una esclava» Asya no cedería ante el poder de un alfa.No de nuevo. Tenía a alguien pequeño a quien proteger. La primera vez que Ilayen la vio supo que ella era de él, su mate, su destino, su loba, sin embargo... ella se estaba casando con su padre, el actual alfa, y entrando al harén como la cuarta reina, y él era simplemente un cachorro de 16 años que aún no se había manifestado. Mas no tenía intenciones de rendirse. Ella era suya y la tendría de vuelta. Solo no se esperó una traición por parte de ella que lo llevaría a huir de la manada y su padre. Pero él volvería y se vengaría. Y le haría sufrir de vuelta todo el dolor de vuelta, aun si todavía la amaba. Novela de una de las manadas del mundo de *Eres la Madre de mis cachorros*
Leer másLa primera vez que la vio se quedó fascinado.
Que bien olía
Fue el pensamiento que tuvo Ilayen al ver a la loba que se convertiría en una de las tantas esposas de su padre, el actual alfa de la manada. Era la primera vez que alguien como él, todavía considerado un cachorro a sus 16 años había sentido algo tan delicioso que hacía que su cuerpo temblara y su boca salivara.
La loba caminaba por el medio del pasillo, cubierta por un manto blanco que cubría gran parte de su cuerpo, pero que para él… no ocultaba nada. Aun cuando era joven era mayor que él. Con la edad suficiente para entrar en el harem de su padre donde su principal función era satisfacer el gran alfa.
Pero a diferencia de otras veces esa idea no le gustaba nada. Cada fibra de su cuerpo dictaba que corriera y arrebatada la loba del lado de su padre y la hiciera suya. Más él no podía.
Ella ahora tenía un dueño.
Sin embargo, el destino siempre jugaba las cartas como quería y sus caminos se volvieron a encontrar un año más tarde cuando fue descubierto buscando la última reliquia de su madre, escondida en el jardín del pabellón donde vivía esa loba. Un rostro hermoso que lo conquistar aún más, pero a la vez tan lleno de tristeza.
Una tristeza que él se propuso borrar aun cuando ella tenía la marca de mordida en su nuca.
Las feromonas no mentían. Ella era su mate. Lo supo todo el tiempo. Ella si le pertenecía. Era suya. No de su padre. Ese que solo la veía como objeto. Ese que apenas la iba a ver. Ese que le había arrebatado la visión en un arrebato violento, el brillo de aquellos hermosos ojos verdes. Ese que no estaba interesado en ella. Ese al que él se había propuesto destruir y reformar toda la manada.
Si solo... ella hubiera llegado.
Si ella no lo hubiera traicionado. Si solo ella hubiera cumplido su promesa esa noche después de despertar sus feromonas y que entrelazaran sus cuerpos desnudos bajo la luz de la luna. Pero en cambio había tenido que huir con la cola entre las patas cuando su padre había ido por su cabeza.
El dolor que ser abandonado y traicionado por el ser que está destinado a estar a tu lado era inigualable. Estremecedor. Uno que se había quedado guardado dentro de el por 6 años cuando sus caminos se encontraron de nuevo. Él había vuelto para destronar a su padre y con la decisión de tomar el puesto de alfa.
Esta vez la vio. Igual de hermosa que la primera vez. Cautivadora como el primer día. Capaz de manipular como había hecho con el... Y con el lobo muerto detrás de ella.
Era... una escena extraña. Ella sentada en el borde de la cama. Con el vestido ancho y blanco manchado de sangre. Su larga cabellera negra suelta sobre su cuerpo. Y en sus manos ensangrentadas un cuchillo pequeño en una y el corazón del lobo en otra.
Corazón que ella le ofreció como actual reina del harem y que lo reconocía como el nuevo al a pero el... Solo tenía una cosa en su mente en ese momento. Sus labios quemaban al igual que su corazón y garganta, pero lo tenía que decir.
Te rechazo.
Sus palabras fueron estas frías y filosas que parecieron atravesar el alma de loba que se tambaleó producto, además, de estar débil por el rompimiento del lazo con su ex esposo.
Ilayen pudo ver diferentes emociones cruzar por el rostro de loba sudoroso y surcado por una mueca de dolor debido al rechazo.
Si. Le debía estar doliendo, pero nada comparado con lo que había sufrido él todos estos años.
La puerta de su estudio sonó y White no tuvo que interrumpir lo que estaba haciendo para saber quiénes estaban allí. El olor de sus hijos era realmente fuerte. Incluso tanto que solían marcar a su madre con este solo para verlo rabiar.-Pasen- les dijo revisando otro de sus papeles.Sky que estaba justo al lado de la mesa alzó la mirada notando tanto la presencia de los gemelos como del nuevo miembro temporal.-alfa, el príncipe está aquí- le dijo este.-Lo sé- White dejó el papel firmado a un lado y se enderezó enfocando su mirada en los tres presentes.-Bienvenido Ilayen- lo saludó- Es bueno verte después de todo este tiempo.Ilayen hizo una leve reverencia.-Gracias a usted por acogernos en su manada.-Fue un pedido de parte de Galattea, no es como que nos podamos negar. Mientras estés aquí serás un lobo más de la manada. Acatarás las órdenes tanto de mi beta como de mi Luna, sobre todo respeto a ella. Mientras puedes entrenar con mis hijos.Ilayen asintió mirando de arriba abajo a
Ilayen siguió a Feith todo el camino sin protestar a pesar de recorrer una larga distancia. La manada del alfa White no quedaba precisamente cerca. El camino le hizo pensar mucho sobre su situación actual, así como ampliar sus conocimientos sobre los alrededores. Feith solía llevarlo a recorridos para que conociera lo que estaba afuera, lo había vuelto un experto en caza, en técnicas para escabullirse, ataque cuerpo a cuerpo.El entrenamiento durante todos estos años había sido brutal, tanto que su cuerpo podía moverse solo por reflejo. Se había vuelto realmente fuerte, el mismo Feith se lo decía constantemente. Había sido un buen alumno, aun así sentía que faltaba algo.-no lo pienses mucho- escuchó la voz del lobo que había sido su maestro todos estos años- Estás preparado, aunque es normal que te sientas incómodo y dudoso.Ilayen no le respondió. A veces pensaba que el lobo era capaz de saber que estaba pensado. Feith lo miró.-Estarás un tiempo resguardado en la manada del alfa Wh
Galattea miró a lo lejos desde la ventana de su estudio. En esa dirección se habían ido desde hacía una hora, Ilayen, con los lobos que lo seguían y su compañero Feith que los llevaría a salvo hasta la manada donde se quedarían de momento. Su rostro serio no mostró emoción, más bien estaba sumida en sus pensamientos, tanto que no escuchó la puerta de su estudio abrirse.Solo fue consciente de la presencia de alguien más cuando su nuca fue lamida por detrás y el calor de un cuerpo familiar se pegó al suyo.-¿necesitas que te ayude a relajarte?- la voz de Dyon, siempre grave, medida, calculadora y estremecedora le erizó la piel haciendo que ella corriera su cabeza hacia el otro lado dejando que el lomo lamiera más su cuello.-El hijo de puta de Byron debe estar a punto de llegar y sabes que no me gusta interrumpir el sexo a mitad. Me pongo de muy mal genio.Los brazos del lobo la abrazaron pegando su cadera a la de él envolviéndola entre sus feromonas, y sin dejar de lamer la piel suave
El guardia alzó la mano para tocar, pero se detuvo en seco y carraspeó la garganta ligeramente. Un sonido familiar a beso salió por la rendija de la puerta que se encontraba un poco abierta. Este tipo de escenas… ya era familiar en los miembros de la manada. Era sabido que la reina tenía una fascinación por estar pegada a sus parejas y estarlos tocando todo el tiempo que podía.Como era el caso ahora. Ilayen desvió la mirada a un lado. Por su posición podría ver que ocurría allí adentro.-Ya está aquí- la voz de uno de los lobos resonó contra el oído de la loba sentada en su regazo, mientras sus piernas se recostaban contra los muslos del otro, que tocaba su piel por debajo de la ropa.Galattea gruñó al ser interrumpida. Había pasado la noche sentada detrás de su escritorio y necesitaba afecto por parte de sus parejas.-Puede atenderlo y después nosotros la atenderemos a usted- el lobo que apretaba el interior de sus muslos mientras besaba el otro costado de su cuello le dijo contra s
Ilayen no opuso resistencia ante lo ordenado por Zachay. En ese momento dependía de los demás para vivir. Y si quería lograr su venganza y volver solo le quedaba atenerse a las posibilidades que tenía delante… aun si estas eran excusas.Tres días después ya estaba de camino a la manada de la Reina Galattea. Una loba capaz de imponerse por encima de los mismos alfas. Una loba con dos compañeros que besaban el camino por el que ella caminaba. Una loba que realmente daba miedo. La misma que lo había seleccionado para destronar a su padre.¿Estaría decepcionada de su fallo? Lo más seguro. Era alguien que le gustaba que las cosas se hicieran a su forma. El entrenamiento iba a dolor.Y no tardó mucho en saber la opinión de ella. Después de todo un día de recorrido habían ingresado a la manada de ella encontrándola en la entrada con el rostro mortalmente serio y los ojos brillantes. A su lado su comandante y uno de sus compañeros cuidaban su espalda.-Espero que estés preparado-. Habían sido
Ilayen tomó un sorbo de agua para aplacar su sed. Se había podido sentar recostando su espalda en el respaldar de la cama con ayuda de Seth. Y había sido un alivio para su cuerpo, más no para su mente y corazón.No quería pensar en todo lo ocurrido porque era darle vueltas a lo mismo una y otra vez y eso… no solucionaría nada. Al menos le había servido para una cosa. Saber que el destino no siempre era el indicado, ni para estar a su lado, ni para confiar en él.Escuchó como la puerta era abierta y un rostro familiar aparecía. Lena mostró una débil sonrisa trayendo en sus manos un bol con sopa que le habían enviado a Ilayen.-Está aún caliente- dijo ella dejándola sobre el regazo de él- Cómo se encuentra príncipe- le preguntó ella preocupada.-No me llames príncipe- Ilayen apretó los labios- Yo ya no lo soy.Ella intercambió mirada con Seth que negó con la cabeza.-ustedes tampoco están obligados a quedarse y servirme- el lobo estaba serio- Yo ya no tengo el mismo status de antes- se
Último capítulo