— ¿Y tu hijo? ¿Cómo está? — Rachel quiso cambiar el tema. La tensión era demasiada.
Sienna se giró hacia la habitación de Ethan, desde donde estaba se veía una parte de la cabecera de la cama, y al niño dormido, más bien, sedado por las drogas.
— Está muy mal — Sintiendo el propio eco de su voz en el pasillo vacío del hospital — Se le practicó un injerto de Médula hace unas semanas, pero lo está rechazando, y no sé qué hacer, estoy desesperada.
— Leo me lo dijo, él fue el donante.
— Sí…
— Está realmente preocupado por él… y por ti… — Tomando las manos de Sienna y estrechándolas con suavidad como lo haría una amiga — Quiero que sepas que tú eres su prioridad en este momento.
Sienna casi se rio. Una risa sorda y absurda. ¿Su prioridad? Se había largado después de que le dijo que lo rechazaba. Y, aunque técnicamente había sido ella quien quiso apartarse, si él la hubiera querido de verdad se habría quedado.
Sienna se limpió las lágrimas que comenzaban a traicionarla y a poner en descub