La puerta trasera del club se cerró tras ella mientras la mano del Alfa continuaba guiándola hacia las escalerillas y luego hasta el callejón.
Sienna hizo un rápido movimiento con el brazo y se zafó eficazmente del firme agarre de Leo, mientras seguía luchando por controlar sus impulsos y bajos instintos activados por culpa del hilo y su influjo de apareamiento.
— ¿Qué sucede? — él se giró para verla jadear e inspirar profundo.
— No soy tu marioneta, Evans, hasta aquí llegamos juntos, solo acordé venir contigo para evitar una escenita allá dentro, pero aquí cada cual toma su camino — Apuntó con total certeza, pasando por su lado y echando a andar con actitud decidida a alejarse y a poner mucha tierra de por medio con el Lican.
— Espera — Alcanzando a sujetarla por la muñeca — Debemos solucionar esto, o va a estar persiguiéndonos cada vez que nos veamos… — Él dijo con un toque de temor en su voz sabiendo todo lo que podría acarrear para ambos ir en contra de los designios de la diosa.