El Alfa continuaba acercándose a la pareja en medio de la pista de baile y Sienna supo que las cosas tomarían otro color. El rostro inexpresivo del Lican era indescifrable así solo podía rogar a Selene que no permitiera un desastre.
— ¿Me presta a la señorita para esta próxima pieza? — Leo extendió la mano sin vacilar hacia Sienna y casi sin mirar al hombre a su lado se interpuso entre ambos con arrogancia.
Chris se apartó de la rubia sin oponer resistencia como una mansa paloma, como si una fuerza invisible se lo hubiera ordenado y los dejó a los dos en medio de la pista.
— ¿Qué crees que haces, Evans? ¿Estás usando tus sucios trucos con mi jefe?
— ¿Tú jefe? O mejor, ¿Tu amante? Además, ¿Por qué te empeñas en llamarme por mi apellido? — Pregunto mientras la rodeaba con sus fuertes brazos de acero como si fuera su dueño.
— ¡Chris no es mi amante! No seas atrevido, ¿Y de qué otro modo voy a llamarte? Te empeñas en parecer alguien que no eres… — Refiriéndose por supuesto al que ella cre