— ¡Supongo que tenemos un acuerdo! — Chris dijo emocionado con la idea de salir de farras esa noche en buena compañía, claro, luego de haberse tomado unas tres copas de vino y mientras estas hacían efecto en su cabeza no acostumbrada al alcohol — Nos veremos esta noche, tal vez puedas invitar algunos amigos — Le dijo a Leonard que mantenía la mirada lobezna y peligrosa sobre la rubia.
Sienna se revolvió en su silla por enésima vez tratando de repeler la intensidad de ese ocre tostado casi dorado en la mirada del Alfa que la amenazaba con dejar salir a la bestia en cualquier momento, solo podía pensar en el peligro que corrían tantas personas inocentes, y comenzaba a cuestionarse seriamente su actitud retadora hacia él, y si el costo de su libertad valía la vida y la integridad de personas inocentes y buenas como Chris.
Tal vez era mejor dejarse llevar por el hilo del destino, ese que continuaba tratando de formarse sobre la mesa buscando su mano, y que se desvanecía cada vez que ella