HaN pasado algunos días y ya quedaba menos para que llegara mi Val. Mi jefe ha tratado por todos los medios de indagar quiénes es el que me llama y yo, no sé si por mala, o porque me gusta verlo molesto. Solo le respondía con evasivas. Eso sí, se había portado bastante bien, pues ha dejado de beber en las noches y he podido descansar de esa parte de mi trabajo.
A todo esto, Aston se ha transformado en un buen amigo, sé que siente algo por mí, pero le he dejado en claro que no me interesa una relación y que lo único que puedo ofrecerle es mi amistad sincera.
En cuanto a los chicos, ellos siguen como perros y gatos, hasta divertidos se ven, pues además he pasado a ser el paño de lágrimas de ambos y aunque ellos no lo vean, se les nota a leguas que se gustan, pero ¿qué digo? ¡Será el primer amor de mi pequeña! De sólo pensarlo se me hace un nudo en el estómago al recordar que ya es una adolescente y no la pequeñita que me llevaba la contra en todo.
¡Ay, mi Chiquita!
Comenzó un nuevo