Irina se encerró en el baño, lloró durante unas cuantas horas lamentando su desdicha, el sueño la venció prefiriendo dormir en aquel frío e incómodo lugar que en la misma cama con Andrei.
Durante toda la noche Dmitriy junto con sus hombres prepararon la emboscada para atacar la casa de Fedor, su único fin era rescatar a Irina y tenerla nuevamente en sus manos.
Con los primeros rayos de luz Dmitriy dio la orden para atacar; todo fue tan repentino que los hombres de Dmitriy lograron controlar la situación, siendo innecesario hacer un solo disparo.
Dmitriy ingresó en casa de Fedor como si estuviera en su propia casa, en sus manos sostenía las pistolas, mientras que sus hombres con armas de largo alcance le habrían paso.
—¡Fedor, Nikolay Fedorovich! —Grito Dmitriy con todas sus fuerzas parado justo en medio de la sala.
El primero en llegar fue Nikolay, quien se encontraba descalzo con tan solo sus pantalones, y en su mano sostenía la pistola.
—¿Qué rayos estás haciendo aquí?, en esta ca