Nikolay sabía perfectamente que al haber cometido aquella estupidez su vida la había perdió, pero en el fondo de su corazón el amor de hermanos fue más fuerte; sentía miedo, al estar frente de aquel hombre sin rostro.
Andrei nuevamente llevó el pasamontañas cubriendo sus heridas profundas, sosteniendo en la mano aquel arma cortopunzante, dio unos cuantos pasos en dirección a dónde se encontraba Nikolay.
—Sabía que eras una basura, igual que tu padre, solo son unos cobardes, unos traicioneros, tu fin será tan doloroso que te arrepentirás de haber permitido que Irina saliera de la habitación —Amenazó Andrei.
—Tú mismo te has buscado este final, como si fueras el puto amo tomaste todo lo que dejó mi padre, y no suficiente con ello me has tratado como si fuese el perro leproso, el cual solo recibe desprecio y siempre está excluido.
»Devuelve lo que era de mi padre y luego saldré de este lugar como si nunca te hubiera visto, de aquella manera los dos saldremos ganando, tú podrás ir tras d