76. Cadáver sobre cadáver.
Cadáver sobre cadáver.
Observé atónita como Máximo se posaba frente a mí, abriendo los ojos como una lechuza. El alcohol en sus venas lo hacía decir ciertas tonterías — o yo quise creer que eran tonterías — , lo que decía, pero quería escuchar aquello que tenía por contarme, quería escucharlo.
— Dilo — le pregunté cuando noté que tal vez pretendía quedarse callado. — Yo quiero digas porqué Santiago te robó ya dos veces…
Parecía que el hombre ya no tenía ganas de seguir hablando; dio la vuelta para irse. Pero entonces, esta vez, fui yo la que lo sujetó con fuerza por el brazo y lo hice regresar al lugar.
— Quiero que me digas ahora mismo a qué te refieres, ¿qué es lo que quieres decir con eso?
— mejor que lo dejes así; ya no quiero hacerte más daño.
— No, no me importa — le dije con rabia — . ¿Cómo pretendes decirme algo así y luego alejarte sin más? Exijo que me digas qué es lo que está pasando.
Máximo pareció turbado de verdad.
— No creo que este sea el lugar para que hab