73. Ecos del pasado.
No pude negar que sentía una cálida sensación en el estómago cuando Santiago me defendió frente a Valeria, porque ahora me estaba dando el lugar que yo siempre había soñado que me diera. A pesar de eso, no podría asegurar si sentía que lo estaba haciendo demasiado tarde, porque ahora ya no sabía si era lo correcto. Entonces eso era lo que significaba Santiago: un hombre que rechazaba a su actual esposa por la ex que llegaba con un hijo. Ya era la segunda vez que lo hacía, y sin importar las circunstancias, no me parecía lo correcto, a pesar de que se sintiera bien en el estómago la calidez que me producía el que me defendiera.
— No debiste tratarla así — le dije cuando terminamos de subir las escaleras.
El segundo piso era un poco más familiar; Valeria no había metido tanto su mano en la decoración del papel del tapiz de las paredes ni en la alfombra del suelo, y estar de pie ahí con Santiago me recordó la infinidad de veces que había estado en ese mismo lugar con él, pero bajo otra