Cap. 227: Una esposa fugitiva. Un abogado prohibido.
Cap. 38: Solo déjame sentir que está bien.
Axel negó con calma, subiendo al auto y tomando su mano con suavidad pero firmeza.
—Si te hubiera reconocido, créeme, yo no estaría tan tranquilo. Ese tipo es un morboso. Mira a cualquier mujer bonita como si le perteneciera. Quiso acercarse porque le llamaste la atención, no porque supiera quién eres.
Aria lo miró sin convicción, aun temblando.
—Pero si no encontramos pruebas en México… ¿qué vamos a hacer? ¿Cómo demostramos lo que me hizo?
Axel se giró ligeramente hacia ella, su voz baja pero cargada de intención.
—Hay otra forma.
—¿Qué otra forma?
Él sostuvo su mirada un segundo antes de hablar.
—Infiltrándote en tu propia casa.
Ella parpadeó, atónita.
—¿Qué?
—Te quiere de vuelta o mejor dicho, quiere que Valentina —dijo con ironía— lo ayude a redecorar la casa para su esposa. Dice que estás de viaje. Que volverás pronto.
Aria apretó los puños.
—¡Es un infeliz! Claro, tuvo que inventar eso porque quiere ganar la presidencia del gremio de ab