El sonido de las llantas chocando contra el pavimento húmedo, resonó en los oídos de Alisson con brusquedad. Se bajó junto a Christopher del automóvil y juntos entraron corriendo al ascensor que lo llevó al apartamento de Langley. Christopher abrió la puerta de golpe y cuando estuvo en el interior del lugar encontró a la niñera sentada en el sillón de la sala principal, con un pañuelo secando sus lágrimas y con las manos temblorosas.
—¿Qué pasó? ¡Dime qué pasó joder! —preguntó él desesperado.
—Ella tocó a la puerta, le abrí porque pensé que quería ver a su hijo, pero se puso como loca, recogió la ropa de Mateo y se lo llevó —Chritjoper sintió cómo un dolor le recorrió todo el cuerpo.
¡Mateo no le gustaba estar con Aniela! Al principio buscaba el amor de su madre pero con el tiempo cuando ella lo trataba mal y él se dio cuenta de su desinterés lo menos que quería su hijo era estar cerca de ella.
—Él niño le suplicó que no se lo llevará pero ella no lo oyó —dijo la niñera con las lágrim