—Listo señor Langley, es usted un hombre libre. —Las palabras del abogado se repitieron en la cabeza de Christopher una y otra vez.
No sabía si reír, llorar o las dos cosas al mismo tiempo..
Después del funeral de su padre movió a sus abogados para que él divorcio saliera cuánto antes. Con Aniela tras las rejas y Mateo perdido, el abogado había apelado a su favor, y ahí estaba, detrás de su escritorio con un traje azul a la medida y por primera en varios días sonriendo como loco.
Christopher tomó los papeles del divorcio en sus manos y los apretó con fuerza para después guardarlos en una carpeta. Pensaba mostrárselo a Alisson, pero primero tenía que hacer algo. Se despidió de su abogado después de entregarle un cheque con una enorme cantidad y luego marcó el número de Campbell.
—Necesito que me acompañes a un lugar, te espero en la cochera —exclamó con seriedad.
Se acomodó el traje y bajó hasta el parking de Tentación. Y ahí estaba Ryan, con una camisa tres cuartos, con unos len